EL RESULTADO DEL 25 DE OCTUBRE 2020
Corporación Solidaria UTE-USACH – 29-10-2020

Algunas apreciaciones sobre el contundente casi 80% del “Apruebo” y de la “Convención Constitucional” que se leen o se escuchan del evento más importante de historia política reciente de este país.

Sin duda, podemos afirmar que la expresión de las urnas del reciente 25 de octubre, dice que la Constitución vigente no va más. Y, con todas sus virtudes y todos sus defectos, este triunfo, es un HECHO POLÍTICO HISTÓRICO.

Veamos la historia de la Constitución “de 1980”, así llamada por ser el año de su promulgación, sin embargo, es necesario señalar que la dictadura comenzó a trabajar en ella a partir de 1973, a muy poco tiempo del golpe de estado, participaron, entre otros, Jorge Alessandri y Gabriel González Videla, ex Presidentes de la República, de triste historia este último. Desde el momento que se señaló que empezaba a construirse, comenzó la oposición a esta Carta Fundamental. Por lo tanto, la lucha por su cambio no es de hoy, tiene historia, desde su génesis. Y en esa, estuvo toda la oposición a la dictadura y muchos independientes, quienes, no por eso, eran “apolíticos”.

Otro aspecto histórico, cuando se negocia la salida del dictador de La Moneda, el precio a pagar por la Concertación consiste en la mantención del modelo político y económico, incluida la Constitución, y así fue aceptado. Recordemos también, que este conglomerado no incluyó el total de los partidos y movimientos que fueron oposición a la dictadura. La confirmación de esto se aprecia fácilmente en las reformas posteriores, que avalan y reafirman el llamado “sistema de libre mercado” (que de “Libre” tiene poco), son las que permiten las colusiones, la reafirmación del Principio de Subsidiariedad, las “cascadas”, etc. y las “penas” asociadas, entiéndanse las clases de ética, las multas irrisorias, los “perdonazos”, etc.

¿Qué hace una Constitución? Simplemente es la Ley Primera que se coloca por sobre las otras para definir la vida política de la población en su territorio. Por lo tanto, pronunciarse a favor o en contra, o su neutralidad ante ella, es un hecho político, es una acción política.

Las nuevas generaciones, que nacieron y crecieron bajo la Constitución “de 1980”, conocieron sus alcances y las limitaciones que esta impone a la población, al gobierno y el estado incluidos; en pos de asegurar siempre, los intereses de los sectores más pudientes.

Las manifestaciones sociales del 2019 y 2020, no hacen más que soplar la hoguera que desde hace mucho estaba prendida, pero, no había fuerza suficiente para presionar y forzar los cambios, mientras, la Constitución por sí sola presionaba para ahogar la población en la miseria y aumentar el abismo de la desigualdad.

A la hora de la celebración, al podio deben subir todos los que actuaron en forma permanente, desde el 73, más los que se sumaron paulatinamente a la lucha contra la Constitución de la vergüenza nacional. Que esto, pudo ser mejor o peor es indudable. Además, aunque fuese el triunfo de unos pocos, es un triunfo para las grandes mayorías. Por lo tanto, desde el momento del triunfo del Plebiscito en adelante, corresponde, desde la lógica más básica, enfrentar lo que viene con la unidad más amplia, con los que ya estaban, con los que fueron llegando, con los que vendrán, porque debe ser una Constitución para todos, o por lo menos para las grandes mayorías.

Del desarrollo del movimiento social, “Nos cansamos, nos unimos”, esta consigna refleja el punto de inflexión entre la lucha sectorial, económica o reivindicativa parcial, y la lucha política, donde los objetivos son superiores porque abarcan la sociedad en casi su totalidad, o gran parte de ella. Donde ya no es “tu lucha más la mía”, sino “nuestra lucha”, con objetivos de cambio más profundo, de cambios políticos de fondo, como es el cambio de una Constitución.

Los desafíos de hoy, el triunfo político abrumador de la ciudadanía, obliga a pensar que es posible apuntar a cambios profundos, la gran participación, para lo que había, lo abultado de las cifras, nos obligan a todos a presionar por una gran lista unitaria, donde tenga cabida toda la ciudadanía, donde ese 80% se vea, donde sea tangible, donde las organizaciones sociales estén presentes, donde se incluyan los siempre excluidos, los postergados, las diferencias y las particularidades. Y, cuando estén los candidatos a constituyentes, hacerles llegar el tipo de Constitución y listado de temas que quisiéramos incluir.

Matemáticamente, 80% es más que 2/3 (66,66%), y ese es el último enclave a derrotar, y la derecha se va a jugar la vida por sacar más de 1/3 para trabar todo. No podemos permitir que el 20% de la derecha sea importante. Están los ánimos de la población, están los votos, sólo hay que empujar el carro hacia adelante entre todos.

A ELEGIR LOS MEJORES CONSTITUYENTES EN ABRIL.

VAMOS QUE SE PUEDE.

CORPORACION SOLIDARIA UTE USACH