Por Glenn Meza - UTE 73 – 01-11-2020
El problema del triunfazo del plebiscito es que dejó a la derecha sin salida, al menos en el ámbito democrático.
Porque ellos aceptaban que por ir divididos entre Apruebo y Rechazo perderían en esta primera pregunta.
Pero entonces hábilmente se la jugaron por ir todos juntos a la segunda, esto es a ganar en la Mixta en que esperaban que además contarían con el apoyo de sectores de centro como la Mariana Aylwin, Jorge Burgos, Soledad Alvear, Gutenberg Martínez, en fin, «concertacionistas de derecha» tipo Ciudadanos y similares que también apostaban por una Convención menos «popular».
Jamás contaron con que la derrota en esta segunda pregunta sería aún mayor, porque ellos se jugaron todo a «parapetarse» en la Mixta para ir asegurando desde sus eventuales parlamentarios actuales en ella, el veto del tercio más uno. Y lo que les faltara para ese tercio lo lograrían el 11/04/2021.
Pero la derrota tan aplastante en esta segunda pregunta no solo los dejó sin ningún «avance» para ese tercio más uno, sino que además en pésimas condiciones para aspirar al tercio completo en abril próximo.
Ese es a mi parecer el lado B del asunto, el 80% pone desde «su mirada» muy cuesta arriba alcanzar su ansiado «veto del tercio más uno», lo que hará cada vez más atractivo entre sus huestes el «llamado de la selva», esto es el «comando jungla» y similares.
Por eso las declaraciones de Jadue sobre la violencia son tan importantes, mucho más allá de su primacía en las encuestas.
A mi juicio es «poner la pelota al piso» y no hacerle el juego al adversario que estará permanentemente tentado a patear el tablero democrático ante su falta de perspectivas en él.
De allí la relevancia de aislar a la violencia de los traficantes de drogas y de los ladrones que transforman a las pymes en objetos de delincuencia en la Plaza de la Dignidad, lo mismo que a mujeres y ancianos a los que aplican portonazos hasta en sus propias casas.
El calendario democrático está a favor del pueblo, romperlo está a favor de los que ven ahora en ello un serio riesgo de perder los privilegios logrados en los últimos 47 años.
Se acostumbraron a la parte ancha del embudo y me temo la violencia extra sistema será su «tentación» más íntima. Nunca han sido demócratas de verdad, que saben que se puede ganar o perder, que el «soberano» es el que manda.
Y como les esperan derrotas políticas importantes en el Parlamento, léase acusación a Víctor Pérez, el otro 10%, el impuesto del 2,5 % a los súper ricos, en fin, se sentirán cada vez más acorralados.
Esto no significa recular y perder la batuta, muy por el contrario.
Solo un máximo cuidado con el lenguaje y las ambigüedades para condenar la «delincuencia de todo tipo», porque en la derecha habrán varios que jugarán a la violencia desestabilizadora que justifique cualquier aventura que les permita retomar el control de una agenda totalmente extraviada.
Perder la Constitución para ellos es mucho más que la presidencial. De hecho nunca ganaron y afianzaron más su modelo que con la Concertación.
Esta era para ellos «la madre de todas las batallas» y la perdieron por goleada. Les quedan revanchas, pero las ven con gran escepticismo.
Y derechamente, si yo estuviera en su lugar pensaría lo mismo.
Saludos,
Glenn Meza - Ex estudiante de la UTE
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