Marcos Díaz – Profesor de Filosofía
Con indignación, pero no asombro, de usted se puede esperar cualquier cosa, he leído la sorna y ofensa que usted ha procurado al gremio de los profesores y profesoras. ¿Así que fue un año de vacaciones ?, sepa usted iracundo vocero de la imbecilidad, que durante todo este tiempo los y las docentes, trabajaron arduas e interminables jornadas, desde tempranas horas y hasta avanzada la noche, preparaban clases, atendían consultas de los y las estudiantes, de sus padres y apoderados, de los abuelos y abuelas, de la vecina que los cuidaba, en fin, interminables minutos al teléfono, en el computador y preparando material.
A diferencia de usted , usando el celular que elles pagan, el computador actualizado que sacaron en cuotas y que deben pagar, elles pagan el internet que ocupan, en cambio usted que parasita y se pasea por los canales de televisión hablando boludeces, pues en ello tiene un doctorado, cobra un sueldo millonario , le pagan hasta la boleta del motel, usted mi raspador de olla, no tiene derecho, no tiene moral, no tiene la talla de humanidad que si tienen y desbordan las y los profesores de nuestro país.
Usted es un ser en extinción, un apologista de la infamia, un tropel descarriado de mediocridad y estupidez, usted mi borrego de los poderosos, no tiene el derecho de mancillar la acción infinitamente digna del profesorado de Chile, usted va camino al olvido, las y los profesores construyen caminos de futuro.
Usted mediocre y parasito es el que lleva años de inmerecidas vacaciones a costa del pueblo trabajador.
Las y los profesores, no estamos de fiesta ni de guata al sol como usted insinúa, pero no dejaremos que la irresponsabilidad de un gobierno que no representa a nadie, exponga la salud y seguridad de nuestros estudiantes y familias.
Honorable raspador de ollas, en un país que respeta a sus educadores a usted se le desaforaría, pero estamos en Chile, donde un ladrón de bancos es presidente, donde los cómplices de la dictadura cívico militar, son ministros, diputados, jueces y como es su caso, senadores.
No le acepto, no le aceptamos, que su verborrea, ensucie la historia digna de un conjunto de mujeres y hombres que día a día, buscan construir un futuro más digno a nuestros niños y jóvenes.
Puede seguir parasitando y ofendiendo, pero recuerde, la historia es nuestra y en ella usted, no tiene cabida.
Marco Díaz - Profesor de filosofía
AÚN TENEMOS PATRIA CIUDADANOS