Por Héctor Basoalto: 24 de junio, 2021 –The Clinic
El militante comunista fue uno de los tres principales rostros del movimiento estudiantil de 2011, junto a Camila Vallejo y Giorgio Jackson. Mientras estos dos últimos hoy son diputados y de los principales rostros de la oposición, Ballesteros recorrió otro camino: estudia Sociología en Barcelona, desde donde sigue de cerca la contingencia política del país. Su candidato presidencial es Jadue, pero dice que extrañó al Partido Socialista y a otras fuerzas opositoras en las primarias de Apruebo Dignidad. En esa misma línea, reivindica su participación en el gobierno anterior: “Creo que el gobierno de Michelle Bachelet sí fue un gobierno transformador”.
No recuerda el día exacto, pero uno de los recuerdos más vívidos de Camilo Ballesteros (34) de la movilización estudiantil en 2011 fue en una marcha mientras él era presidente de la Federe ración de Estudiantes de la Usach.
Ballesteros vestía su tradicional polera roja sin cuello y se encontraba con un lienzo en sus manos, en la primera fila de la marcha. Se dirigía hacia el poniente por la calzada sur de la Alameda, frente a la Iglesia San Francisco, con la entonces presidenta de la FECH, Camila Vallejo, y el presidente de la FEUC, Giorgio Jackson. La idea era que el lienzo liderara la manifestación, pero entonces Ballesteros se encontró con una escena inédita para él: estaban rodeados de gente por delante y por detrás. El lienzo estaba totalmente tapado por la marea de estudiantes.
Una década después, Ballesteros -que sigue siendo militante comunista- siente que esa escena refleja, en parte, el escenario político actual. Un escenario en el que la participación de la ciudadanía ha superado con creces las expectativas de los líderes políticos. “Ese hito marca el entender que esto iba a ser mucho más grande de lo que esperábamos y que iba a tener una dinámica mucho más compleja de la que creíamos”, sentencia.
A diferencia de Vallejo, Boric o Jackson, que actualmente son los principales rostros de una de las dos coaliciones más fuertes de la oposición, Ballesteros ha tomado un camino distinto.
En 2012 -mientras era candidato a alcalde por Estación Central- fue un rostro importante en la articulación de la oposición, en un esfuerzo que posteriormente se transformaría en la Nueva Mayoría. El espectro de sus reuniones fue amplio: desde Daniel Jadue a Ignacio Walker, pasando por Tomás Jocelyn Holt y Vlado Mirosevic.
Al día de hoy, acaba de terminar su magíster en Sociología en la Universidad de Barcelona. Con toda su trayectoria, Ballesteros tiene una particularidad: conoce muy de cerca a la mayoría de los candidatos presidenciales de oposición. Trabajó por ocho meses en la Municipalidad de Recoleta entre 2018 y 2019 junto a Daniel Jadue, su candidato hoy. Paula Narváez fue su jefa mientras era ministra y él se desempeñaba como director de la División de Organizaciones Sociales, en el segundo gobierno de Bachelet. Y a Boric lo conoce hace una década, cuando ambos se encontraron en las movilizaciones del 2011.
En entrevista con The Clinic, Ballesteros echa un vistazo a la política de hace una década. Reconoce que muchas cosas han cambiado desde entonces y afirma que para él fue sano distanciarse de la política por un tiempo. Al mismo modo, sostiene que las fuerzas transformadoras de la oposición tarde o temprano se encontrarán.
Muchos han dicho que Chile se izquierdizó luego de las últimas elecciones. Desde tu visión sociológica, ¿compartes ese diagnóstico?
-Yo creo que Chile se encuentra en un momento bien interesante, en un momento de cambios. Yo tiendo a pensar, eso sí, que los cambios no ocurren de manera tan rápida como la gente espera. Y, además, tampoco son sencillos. Tiendo a pensar que son procesos largos y complejos. En ese sentido, hay que ir manejando de buena manera las expectativas que tiene la gente. Creo que en ningún caso significa optar por no responder también a los cuestionamientos y deseos de la ciudadanía.
¿Pero la izquierda ha salido fortalecida?
-Yo creo que más que “Chile se izquierdizó” o “Chile no se izquierdizó”, hoy hay una ciudadanía mucho más demandante y que ha sido capaz de decir que quiere estos cambios, que los quiere con fuerza, que quiere más democracia y ser partícipe de lo que ocurra. Yo tendería a pensar que cada generación tiene su propia épica, y esta generación ha definido que quiere discutir y definir lo que va a ser el nuevo Chile.
¿Qué ha cambiado entre la generación del 2011 y la del 2021?
-Yo tiendo a pensar que es un Chile bien distinto. Lo contaba Giorgio hace un tiempo en Instagram. Nosotros en 2011, en el verano, tuvimos una reunión con un grupo de comunicadores donde estaba Marcos Chilet, Nicolás Rebolledo y otros, para hacer una campaña. Y lo que vimos en esa campaña era cómo la gente, más que simplemente sentirse atacada con una movilización, se preguntaba por qué nos estábamos movilizando. Y creo que uno de los grandes cambios que existe, es que cuando hay una movilización, lo que se discute es por qué es la movilización. Cuáles son sus motivaciones, cuál es su origen, y no tanto la forma en sí. Y tiendo a pensar que el país está mucho más maduro. Y tiene estas ganas de estar discutiendo y solucionando las distintas problemáticas que ocurren.
El movimiento social de 2019 generó, probablemente, la transformación institucional más importante de la historia de Chile. ¿Crees que al 2011 le faltó fuerza para generar un cambio de esa magnitud?
-Yo pienso que son movimientos que están relacionados. Quizás, cada uno hizo posible que existiera el que viene. Posiblemente hay una relación muy fuerte entre lo que fue la movilización pingüina y las movilizaciones de 2011. Creo que estos movimientos sociales han jugado un rol de ir generando un nuevo piso mínimo donde poder construir. Creo que, en ese sentido, están muy relacionadas entre ellas. Y yo me atrevería a decir que hay una línea transversal, que es una demanda por más democracia y mayor igualdad.
En 2011 tenías una visión política quizás más sectorial y ligada a las demandas estudiantiles. ¿Qué ha cambiado en tu visión personal en esta década?
-Los años no pasan en vano y ya han pasado diez (ríe). En lo personal, me ha tocado además mirarlo desde distintos espacios, lo que ha sido bien enriquecedor. Claro, el año 2011, la primera movilización que fue en la Junaeb, tenía que ver con aumentar la beca de alimentación. Y, si no me equivoco, eran como 50 pesos diarios. Una cosa que, quizás hoy día, ni siquiera sería discutida. Pero qué tiene que ver con esto que dices tú, que nosotros en ese momento mirábamos el mundo desde la universidad, desde estar en una carrera de pregrado y tener entre 18 y 22 años. Creo que era una visión bien específica. Hoy día yo me encuentro terminando un magíster, me he dedicado a estudiar el último tiempo desde una carrera bien distinta: en la universidad estudié Licenciatura en Ciencias de la Actividad Física y ahora estudio Sociología. Entonces uno va mirando el mundo de distinta manera. Algunas cosas se fortalecen, otras cambian. Pero sin duda ha sido un camino bien largo de ir tratando de aportar, pero también mirando desde otra perspectiva.
Uno piensa en los líderes estudiantiles de esa época. Camila Vallejo y Giorgio Jackson hoy son diputados, Gabriel Boric además es candidato presidencial. ¿Por qué elegiste este camino más académico?
-Para mí es importante seguir estudiando. Yo estudié Educación Física porque creo que, sin duda, es importante para la salud y el proceso formativo. Pero, en lo personal, nunca me había relacionado mucho con ella. Entonces era súper importante poder buscar otra área de conocimiento y, en este caso, fue la sociología. Incluso estoy viendo la posibilidad de seguir estudiando. Porque creo que los procesos sociales son relevantes y que es muy importante la voluntad política. Pero creo que voluntad política sin conocimiento no siempre logra un buen puerto. En lo personal, me interesaría poder conocer un poco más. Pero claro, cuando uno mira el 2011 ó el 2012 uno ve ciertas caras, pero es mucho más amplio. Hace poco miré una revista sobre los 100 líderes jóvenes del 2011 y me encontré con Carolina Garrido, que fue parte de los dirigentes de 2011, y hoy día es la presidenta de los Cientistas Políticos de Chile y fue candidata a constituyente. Está Ricardo Montero, que fue parte de los líderes de 2011 y hoy es constituyente. Creo que lo que ha hecho Giorgio y Camila ha sido tremendamente importante en el Parlamento, también podemos sumar a Gabriel Boric, Karol Cariola, Miguel Crispi, Pablo Vidal y Jorge Brito. Hay distintos caminos y distintas fórmulas, pero creo que todas apuntan al mismo lado. Todos queremos que Chile sea un país más justo y más democrático. Y como es un proceso largo, creo que todos podemos ir apoyando de distintas maneras en distintos momentos del tiempo.
Camilo Ballesteros acaba de terminar su magister en Sociología en la Universidad de Barcelona.
Jugando a la política de ficción, ¿te has preguntado qué hubiera pasado contigo si hubieras seguido el camino más político?
-No, yo estoy tremendamente contento con lo que ha sido mi proceso. Ha sido muy interesante poder estudiar y saber lo que pasa en otros lugares del mundo. Mi posgrado es en Barcelona, lo que me ha permitido conocer una realidad tan similar, pero a la vez tan distinta como es la de España. Entonces estoy muy contento de poder tener esto. Y, además, tiendo a pensar que también es sano, a veces, alejarse un poco de la política.
¿Por qué?
-La primera vez que me alejo un poco más de la política es cuando termina el segundo gobierno de la Presidenta Bachelet. Estuve estudiando afuera inglés. Y una cosa que me sorprendió mucho es cuando hablaba con mis compañeros y me decían “Camilo, quiero A”. Y de verdad querían A. Muchas veces, cuando uno está en política, tiene la mala costumbre o la desconfianza que cuando alguien dice “Quiero A”, uno se pregunta “¿de verdad quiere A, o tal vez quiere B?” o “¿tal vez quiere que yo me esté cuestionando esto para poder tomar C?”. Entonces creo que es sano, a veces, tomar una distancia de la política y poder mirarla desde afuera. Para mí también ha sido tremendamente interesante el poder vivir todos estos procesos desde afuera con mayor tranquilidad.
“Entonces creo que es sano, a veces, tomar una distancia de la política y poder mirarla desde afuera. Para mí también ha sido tremendamente interesante el poder vivir todos estos procesos desde afuera con mayor tranquilidad”.
¿Sentías que la política generaba una suspicacia constante hacia los demás?
-Claro. La política, al final, es una disputa. Y en esa disputa existen temores, ambiciones personales. Pero también muchas veces hay sueños colectivos. Entonces creo que finalmente son dinámicas complejas. Creo que es sano, a veces, vivirla desde otro punto de vista. Posiblemente quizás nunca voy a salirme al 100%, pero uno puede tener más o menor distancia de lo que está ocurriendo.
Unidad en la oposición
¿Qué diagnóstico haces de la alianza fallida entre el PC y el Frente Amplio con el PS?
-Primero, creo que Apruebo Dignidad demostró que logra convocar a un número importante de personas, lo que creo que es tremendamente importante. Creo que el PC y el Frente Amplio han jugado un rol importante en los últimos años. Quizás si uno se enfoca en el Parlamento, nuevamente podemos pensar en Camila, Giorgio, Gabriel, Karol, Pablo Vidal, Miguel Crispi y Jorge Brito. Creo que el PC y el Frente Amplio han jugado un rol súper importante en ese ámbito. Para mí, en lo personal, hubiera sido muy interesante e ideal poder seguir creciendo y avanzando en conjunto con el Partido Socialista. No se pudo, pero ojalá se pueda en el futuro. Tengo una muy buena impresión de muchos socialistas, partiendo por Paula Narváez. Más allá de que yo tengo súper claro que mi candidato es Daniel Jadue y creo que es un tremendo candidato, también tengo un gran aprecio y respeto por ella. Y bueno, hay otros socialistas muy buenos, como Ricardo Montero, o Carolina Garrido, Rodrigo Mora, Nicolás Facuse y tantos otros. A futuro se puede ir construyendo una izquierda en conjunto que sea poderosa. En ese sentido, creo que va a ser súper relevante que el proceso de primarias sea un proceso que ayude a conocernos, a entender nuestros puntos de encuentro y también de nuestras diferencias. Pero, sobre todo, un proceso que genere un piso para poder construir más a futuro. Creo que sería bien complejo que las primarias sean más una disputa entre el Frente Amplio y el PC que un espacio de convergencia. Yo creo que ése es el horizonte.
“Para mí, en lo personal, hubiera sido muy interesante e ideal poder seguir creciendo y avanzando en conjunto con el Partido Socialista. No se pudo, pero ojalá se pueda en el futuro. Tengo una muy buena impresión de muchos socialistas, partiendo por Paula Narváez”.
¿Hasta dónde crees que se puede construir este espacio de convergencia? ¿Los sectores progresistas del PPD y de la DC tienen cabida en este espacio?
-Yo creo que no son temas rígidos, en el sentido que los partidos también van viviendo ciclos, también van viviendo renovación. En ese sentido, creo que hay que ir evaluando en cada momento. Posiblemente, por dar un ejemplo, en diez años más, quienes conduzcan el PPD no van a ser las mismas personas que hoy día. Y lo mismo con su militancia. Entonces hay que ir evaluando cada momento. A corto plazo, en el primer partido que pienso es en el Partido Socialista. Creo que es un partido tremendamente importante. Pero creo que cerrarse a uno o a otro de manera definitiva, no es correcto, porque el tiempo siempre hace que la política sea bien dinámica y que haya momentos donde haya que avanzar más fuerte y otros momentos donde hay que aguantar.
“Creo que cerrarse a uno o a otro (partido político) de manera definitiva, no es correcto, porque el tiempo siempre hace que la política sea bien dinámica y que haya momentos donde haya que avanzar más fuerte y otros momentos donde hay que aguantar”.
En el último tiempo ha existido una impugnación social muy fuerte hacia los últimos 30 años. En 2012, tú fuiste parte de la articulación de lo que posteriormente terminaría siendo la Nueva Mayoría, conglomerado que incluso gobernó el país. ¿Crees que es justa esta impugnación tan general?
-Cómo te comentaba, yo tiendo a pensar que cada generación tiene su propia épica. Y yo creo que la generación anterior construyó un país incluso, si queremos ser justos, desde las herramientas que tenían. Había límites políticos, estaba la dictadura mucho más cercana de lo que está hoy día. Había una Constitución mucho más rígida. Al final, lo que se construyó fue un país por el que apostaron ellos. Yo creo que, más allá de los juicios positivos o negativos, hoy hay otra generación. Y cuando hablo de generación no me refiero a una edad en específico, porque creo que es mucho más amplio que un grupo de jóvenes. Pero hoy día esta generación tiene un deseo, que puede ser distinto, donde se van a rescatar cosas de lo que pasó antes, se van a crear otras. Pero creo que lo importante es que, lo que se haga hoy, tiene que ser con el horizonte de poder profundizar y radicalizar la democracia, pero también de poder cuidarla.
El PC también se ha sumado, en parte, a este cuestionamiento de los últimos 30 años. Tú fuiste parte del segundo gobierno de Bachelet, el propio PC tuvo ministros y muchas autoridades en esos cuatro años. ¿Crees que quizás el Partido Comunista se está desligando de su pasado reciente vinculado a la Nueva Mayoría?
-En lo personal, creo que el gobierno de Michelle Bachelet sí fue un gobierno transformador. Creo que hizo grandes apuestas. Tal como lo dijo la Presidenta en algún momento, también fue más difícil de lo que se esperaba. Creo que empresarios u otros grupos políticos no fueron capaces de sobreponer los intereses colectivos a sus intereses individuales. Creo que justamente se pudo haber hecho mucho más. Michelle Bachelet planteó una reforma tributaria mucho más fuerte de lo que finalmente se logró. Planteó también una reforma laboral más fuerte de lo que se logró. Lo mismo en educación y en el cambio a la Constitución. Entonces fue un gobierno transformador, pero también tuvo límites muy grandes. Esto es un supuesto, pero creo que, si eso volviera a pasar, hoy día hay una ciudadanía mucho más activa que posiblemente empujaría con mucha más fuerza esos procesos. Entonces, también tiendo a pensar que los procesos también tienen un contexto histórico que permiten que avancen más o menos.
¿Pero no sientes que el PC está negando su participación en la Nueva Mayoría?
-No es que esté negando, pero obviamente se ponen los énfasis en torno a generar un proceso de transformación mucho más grande. Así como creo que vamos a tener grandes protagonistas en lo municipal, hubo un proceso de transición donde llegaron alcaldes potentes, donde, por supuesto, tenemos a Jadue, pero también a Claudio Castro o Gonzalo Durán, por nombrar algunos. Y ellos han estado empujando lo municipal, mostrando que se pueden hacer las cosas de otra manera, que se pueden generar innovaciones importantes. Entonces hoy lo que se busca proyectar tiene que ver con esa etapa de transformación y poder darle fuerza a futuro más que lo que fueron los otros procesos.
Tú mismo lo señalaste. Michelle Bachelet planteó una reforma tributaria, una reforma laboral, una reforma educacional y una nueva Constitución. Hoy, en 2021, ¿qué balance haces de ese gobierno?
-Yo creo que fue un proceso complejo. No le tocó fácil. Creo que el gobierno de Michelle Bachelet también permitió que se generara un proceso de cambio. Creo que un tema súper importante, y que no siempre se tiene presente es el fin al sistema binominal. El fin de este sistema permite que hoy tengamos un Parlamento mucho más representativo, y creo que eso ha sido una de las puntas de lanza que permiten que exista un nuevo reordenamiento político. También existe un proceso constituyente, que lamentablemente no alcanzó a concluir, pero que creo que también sirvió como base para que la ciudadanía conociera mucho más de qué se trataba, que también fuera formando sus ideas. Hay cosas que no se pudieron hacer, pero creo que fue una buena base para todo lo que vino después.
¿Te consideras bacheletista?
-Tengo mucho aprecio, mucho cariño y una muy buena opinión de ella. Pero no soy muy dado a las personificaciones. Comparto 100% las ideas de ella, sigo pensando que el programa que impulsó fue tremendo, pero yo pondría más énfasis en las ideas que en las personas.
Ballesteros y los presidenciables
Señalaste que Jadue era tu candidato, pero con Gabriel Boric también compartiste mucho en las movilizaciones estudiantiles. ¿Qué te parece que ambos estén compitiendo hoy?
-Creo que Daniel Jadue en Recoleta ha hecho grandes transformaciones que han permitido generar una mejora en la calidad de vida de las personas, también una disminución en el costo de vida de ellas. Y creo que son cosas concretas que hoy, en un mundo que espera soluciones mucho más rápidas, pasan a ser súper relevantes. El populismo es un concepto que está en disputa y que muchas veces se utiliza para bloquear ciertas discusiones, pero más allá de eso, la forma de frenar el populismo es a través de lo popular. Creo que, en ese sentido, la construcción que ha hecho Jadue desde Recoleta es una tremenda construcción. Ha existido una voluntad de construir en conjunto con la ciudadanía, pero también de poder innovar para generar mejoras en la calidad de vida. Entonces Jadue es una tremenda posibilidad porque tiene esa fortaleza. Y en el caso de Gabriel, siento que también es un gran candidato. Tanto Gabriel como Jadue han tomado equipos programáticos con una gran presencia de jóvenes. Creo que ambos son buenos candidatos.
Daniel Hojman, jefe programático de Paula Narváez, afirmó que el programa de Jadue apuntaba en la dirección correcta, pero que estaba repleto de “voluntarismo”. ¿Estás de acuerdo con esa apreciación?
-Partamos desde la perspectiva positiva. El otro día leí la entrevista que le hicieron al jefe programático de Gabriel. Creo que hoy día existe una sintonía general de hacia dónde hay que ir. Y creo que eso es tremendamente importante, porque hoy tenemos claro cuál es el camino. Obviamente vamos a tener sus diferencias. No somos todos del mismo partido político y todos hemos tenido distintas vivencias. Siento que la apuesta que hace Jadue tiene mucha más relación con un cambio más rápido y más profundo. ¿Basta con la voluntad? No sólo basta con la voluntad. Pero creo que justamente, desde este lado del mundo, eso es lo que se espera movilizar.
Te tocó trabajar mano a mano con Narváez mientras era ministra de la Segegob, durante el segundo gobierno de Bachelet. En ese momento, fue tu jefa. ¿Qué opinión tienes de ella?
–Tengo una gran impresión y opinión de ella, tanto en lo político y en lo personal. Creo que jugó un gran rol en el gobierno, tanto en la vocería como en el trabajo interno. Ella enfocó bastante en el trabajo el salir a terreno y creo que eso era muy valorable. Hoy día no nos toca estar en el mismo bote, pero sigo teniendo el mayor de los aprecios por ella. Soy de los que le hubiera gustado mucho que hubiera existido una primaria a tres bandas con ella. Pero tengo la convicción de que en el futuro nos vamos a volver a encontrar porque creo que ella representa a una parte importante de los que quieren construir los cambios en Chile.
En un escenario donde Jadue no pase a segunda vuelta, y sí por ejemplo lo haga Yasna Provoste; ¿votarías por ella?
-Espero que sea Jadue quien pase a segunda vuelta y gane la elección. Pero en caso que no sea así y que el contrincante sea la derecha, por supuesto votaría por Yasna Provoste. Obviamente habría que trabajar temas programáticos, pero no me pierdo ni un segundo. La derecha le hace mal a Chile.
GENTILEZA THE CLINIC