Amigas y amigos:
Estoy en mi país, feliz de estar en casa por unos días.
A la distancia es posible ver con otra luz lo que somos, la patria que hemos ido creando por generaciones. Chile es la realidad que hemos construido juntos, con deudas y aciertos, con trabajo unitario para hacer frente a los desafíos. Tenemos derecho a estar orgullosas y orgullosos.
No tiene sentido temer a nuestras diferencias, al debate legítimo, aquel basado en hechos y respeto, mediante el cual se sostiene cualquier acuerdo durable. Fue lo que nos permitió recuperar la democracia, conquistar derechos y aspirar a una mejor vida para todos.
Estoy segura que ahora no será distinto. Tenemos razones para confiar en nuestra democracia y nuestra ciudadanía, cuya madurez queda precisamente reflejada en la búsqueda de caminos para perfeccionar nuestros modos de entendimiento.
Tendremos una nueva constitución, porque es lo que la ciudadanía pide y necesita. Y lo haremos con responsabilidad, avanzando con acuerdos que llegarán inevitablemente.
Porque ese país somos.
Lo importante es que ustedes, chilenas y chilenos, tienen en sus manos la definición del camino a seguir. Como antes cuando derrotaron al dictador, como ayer cuando demandaron dignidad y fin a los abusos, como ahora que no dejan de pedir una constitución nacida en democracia. Serán ustedes quienes podrán ratificar la posibilidad de un nuevo pacto. Una vez conocido el resultado del plebiscito, será tarea de las fuerzas políticas estar a la altura de esta oportunidad irrepetible y lograr una buena implementación de las transformaciones y acordar las correcciones necesarias.
Como Presidenta pude comprobar el enorme muro que representa la constitución nacida en dictadura para hacer cambios que beneficien a las grandes mayorías. Por eso el texto de 1980 ha quedado obsoleto y estamos escribiendo otro.
Veo en la nueva constitución un camino abierto para vivir mejor, para conquistar lo que tanto necesita Chile: más y mejores derechos sociales, y más y mejor democracia.
Como mujer veo además que décadas de injusticia se pueden dejar en el pasado, con una nueva constitución que pone por escrito lo que todas y todos sabemos: que somos un país con muchas realidades, con identidades diversas, pero unido por una misma dignidad y llamado a ser protegido por una misma solidaridad.
Lo dije y lo reitero: el texto de la nueva constitución no es perfecto. Pero un texto de este tipo no debe ser evaluado en abstracto. La propuesta que se ofrece al país fue elaborada con una pluralidad de voces inédita y bajo condiciones particulares de inquietudes nacionales y globales. Lo natural es que dé origen a revisiones, ajustes, complementos, como ocurre con cualquier proceso constitucional al momento de su implementación.
Confío en que aprobar esta nueva constitución es el mejor punto de partida para hacer realidad lo que tanto tiempo nos fue negado. Con el Apruebo es más fácil conducir las transformaciones y llegar más lejos.
Apruebo tener una nueva constitución que nos dé herramientas para cambiar, al fin, todo lo que haya que cambiar. Apruebo que tengamos seguridades para viviendas dignas, para mejores pensiones, para vivir con bienestar.
Apruebo tener una nueva constitución para que jóvenes y personas mayores miren con el mismo anhelo el futuro que vamos a construir.
Con particular alegría, apruebo tener una nueva constitución escrita por la primera convención 100% paritaria en el mundo, que defiende y promueve a las mujeres con todos nuestros derechos y capacidades.
Apruebo, finalmente, con la serenidad de haber impulsado un proceso constitucional participativo y que confirmó que como país estamos listos.
Mi confianza en Chile no es nueva, nace de nuestra historia de luchas. Hemos atravesado duras pruebas, hemos sentido temor, pero hemos vencido. Y seguiremos respondiendo a los retos que se nos presenten. Porque tenemos en nuestras manos, como nunca antes en la historia, el poder de seguir construyendo un país en paz, con generosidad y con esperanza en la fuerza que nos da la unidad.
MICHELLE BACHELET JERIA
EX PRESIDENTA DE LA REPÚBLICA DE CHILE