Por: Gianina Figueroa | Publicado: 04.10.2022 - EL DESCONCIERTO
Ya tenemos acuerdos de libre comercio vigentes con todos los países involucrados hoy en el TPP-11, pero la real novedad de este tratado es la participación de las grandes transnacionales con inversiones en dichos países, obligándoles a condiciones que surgen de estas corporaciones y no precisamente de los Estados.
Entendemos el valor del comercio internacional, y también valoramos que se suscriban tratados comerciales que abran más mercados para nuestras exportaciones, porque se nos dice que habrá más demanda, producción, ventas y utilidades, por lo tanto, más trabajo y mayor bienestar. No obstante, las pequeñas y medianas empresas que participan del negocio exportador representan solo el 0,38% del millón 300 mil Pymes nacionales.
A partir de la década de los 90, con la apertura comercial y la diversificación productiva, y durante los últimos 30 años, se profundizó la inserción comercial de nuestro país en el mundo. Esto se pudo realizar con mayor éxito tras la recuperación de la identidad y las credenciales democráticas de Chile.
Son muchos los tratados de libre comercio ya pactados, en plena vigencia y ejecución con muchos Estados. Incluso ya tenemos acuerdos de libre comercio vigentes con todos los países involucrados hoy en el Tratado Transpacífico TPP-11, pero la real novedad de este tratado es la participación de las grandes transnacionales con inversiones en dichos países, obligándoles a condiciones que surgen de estas corporaciones y no precisamente de los Estados.
La otra novedad es la incorporación de un nuevo tribunal de arbitraje de disputas entre Estados, el que operaría con jueces instalados ad hoc para cada disputa, sin claridad aún de cómo se elegirán y designarán para resolver los conflictos en forma paralela a los tribunales e instituciones económicas ya existentes en el mundo para resolver contiendas entre Estados.
Se nos ha dicho desde el mundo político que el TPP-11 será el acuerdo “más progresista jamás firmado por Chile” y que generará mayor cadena de valor. En este escenario, las Pymes nos preguntamos ¿hasta dónde llegará la cadena de valor? ¿Alcanza para las Pymes de Chile que dan más del 63% del empleo nacional? ¿Cuánto bienestar, mercado, ventas, producción, utilidades dejará este acuerdo al mundo de las Pymes? ¿Cuánto progreso, desarrollo, bienestar, impulso a la creación nacional, protección a nuestra agricultura familiar, promoverá este acuerdo?
Lo que aquí está en juego es nada menos que nuestra soberanía económica y nuestra soberanía en la toma de decisiones. ¿Cuánto de lo que nosotros resolvamos como país, a propósito de las reformas tributaria, previsional, energética o constitucional, quedará supeditado a los términos de este acuerdo? ¿Cómo afectarán los términos de este acuerdo la urgencia de implementación de una política que promueva el desarrollo industrial o de manufactura de nuevos productos o servicios que potencie a Pymes e innovadores de chile?
Por el momento, y más allá de las frases repetidas hasta el cansancio por la clase política, para las Pymes existen más dudas que certezas. Y, como dice la sabiduría popular, “ante la duda abstente”.
Gianina Figueroa : Presidenta de Unapyme.