LOS MISMOS QUE NO VIERON VENIR EL 18-0 SON HOY GOBIERNO

By Pablo Varas 26 octubre, 2022 – el clarín chile

Ha corrido mucha tinta para defender a los desarrapados, a los que el sistema maltrata de manera inmisericorde, a los que llegan asustados a los últimos días del mes sin saber que los espera mañana.

Tantas veces que las calles de este país han despedido a los pobres porque sencillamente los ricos no los aceptan, los escupen y los maldicen por pedir lo que justamente les pertenece, eso de que la dignidad se haga presente y la vista de cuerpo entero. Esos que construyen caminos y casas que nunca habitarán, los que han instalado ladrillo sobre ladrillo de palacios a los cuales cuando pasan por su vereda debes sacarte el sombrero.

Vivir así no tiene gloria.

Y como transitar tranquilos si la historia los mata con piezas fiscales de los más variados calibres. Si por decenios los han torturado con el garrote del salario mínimo que no alcanza para nada y les prometen que si hay crecimiento económico a ellos les irá bien y serán felices. Toda una falacia, una larga fila de esperanzas que sencillamente por la valentía de la clase sigue existiendo.

No hay duda que hace tres años tocamos el futuro con la punta de los dedos, se llegó a unos cuantos pasos para el asalto a la casa de los presidentes y hubiera sido lo más justo que tendría que haber sucedido. No fue por falta de coraje, había de sobra. Dirán algunos que no estaba la vanguardia, ni el partido, ni el líder con o sin barba dispuesto, en fin, los asuntos no pasaron como una inmensa mayoría quería que sucediera. Se quería que las cuestiones serias del país tomaran el rumbo justo, eso nada más.

Es que han sido mucho los años de mentiras y promesas y sigue siendo así por eso hay que decir basta.

Rara es la dicotomía entre los que llegan al gobierno desde la calle para convertirse en adalides del modelo. Ese pánico a no tocar las normas del mercado como si de las tablas de la ley se tratara. La Sofofa y la Cpc son los que mandan este país, ellos son los que se apropiaron de esta larga franja de tierra y nos convirtieron en arrendatarios a los cuales hay que pagarles por todo.

Entonces para qué sirve un presidente, a quien le sirve si estamos obligados a caminar diariamente con las manos en alto.

No sirve, sencillamente un cantor en solitario silbando el Bella Chiao frente al espejo, un partisano precario que la amnesia lo embarcó en un vagón de tercera de un tren flaco para llevarlo a los mares del olvido, en esas esquinas donde el rincón recibe a los desmemoriados que ya no dejan migas de pan en el camino para volver a sus orígenes.

No es correcto intentar hacer caminar un país con pasos cortitos como si de un almacén chiquito se trata, porque de verdad eso somos, y no somos nosotros los que queremos eso, sencillamente los señores que viven entre cuatro manzanas donde están sus colegios y sus bancos así lo imponen y les obedecen los que para su servicio trabajan.

Las líneas están trazadas, el programa se cambió y sin ninguna duda se irá asentando el modelo. Contentos los burgueses, los chupa sangre, mientras esos que se dicen representar a la inmensa mayoría gozan de buena salud pasando de una vereda a la otra sin el menor desparpajo y vergüenza.

Sucede que el listado de urgencias es enorme, no solamente las actuales, sino que también las atrasadas, con todos los pecados cometidos desde 1990. Más de treinta años sin ética, sin valores, sin principios dejando en mitad de una lluvia torrencial a millones desnudos, desamparados, dejando caer dos migajas de la mesa llena de manjares que se sirven unos cuantos.

Ser anticapitalista, antiimperialista es lo más cercano al humanismo.

Cuando el actual presidente Boric condenaba el lucro como el peor de los pecados, esas mismas calles visten cientos de huelgas obreras, muertos con nombres y apellidos y pasar frente a la casa de los presidentes es recordar inevitablemente al socialista de lentes gruesos. Nuevamente la memoria se entierra con las causas justas incumplidas. Una vez más el asalariado chileno es masacrado por el neoliberalismo sin que desde las alturas del poder nadie lo defienda.

Es más cómodo el aplauso de la CPC y Sutil, el mismo que regaló máquinas añejas que no sirvieron en absoluto durante la pandemia. El mismo que coloca la música que bailan desenfrenados en el segundo piso de La Moneda.

Serán las organizaciones sociales las que nos indicarán el rumbo, eso dijo el presidente y mintió. Le faltó el respeto a los cientos y cientos que cuestionan el actual modelo de desarrollo. Que insisten en la urgencia de sentar las bases de uno diferente. Quien se hace cargo de las mentiras que Chile será país desarrollado en cinco o siete años más. Que seremos primos hermanos de los suecos y daneses y que nuestras plazas serán como la de Paris o Berlín.

Los mismos que no vieron venir el 18-0 son hoy el gobierno.

Precarios si no lograron entender las demandas populares, las injusticias postergadas por años. Nada más abominable que mantenerlas por tiempos interminables. Un nuevo sistema de pensiones para que nuestros viejos dejen de respirar sin estar asustados. Es muy justo apuntarlos con el dedo cuando el sistema de salud no da las respuestas tan sencillas como el entrar enfermo para salir sano. Es que desde 1990 hasta hoy han pasado muchos años.

Y la derecha sigue atrincherada en la condena absoluta a la calle, no entendieron nada y se hará necesario volver a recordarlo, tarde o temprano. Hay que insistir una vez más que la vida es una sola y por aquello debe ser lo más humana posible, lo más cercano al hombre que hace y construye mundos.

UDI/EVOPOLI/RN/PDG/REPUBLICANOS/ y otros aislados son los adversarios a vencer. Hombres y mujeres salen de las poblaciones para ganarse el pan cada día, para un ahorro que no le servirá casi para nada cuando lleguen los calendarios de los tiempos por llegar inevitablemente.

Vemos en estos tiempos como los altos mandos militares corren por los pasillos de los tribunales negando todo. Los largos años de dictadura donde vivieron cómodos sin miedo, años con toque de queda mientras en las calles de Chile la DINA/CNI torturaba a su antojo y mataba.

Ahora Cheyre, El predilecto de la concertación a quien entregaron la presidencia del SERVEL por su voluntad democrática, era sencillamente un ladronzuelo como los tantos que visten uniformes bien planchados y que sólo ven la guerra por los noticieros de la televisión donde se ufanan de ser vencedores y los encargados de guardar el alma de la patria. Ellos ya se la vendieron al diablo como dicen allá en el sur.

No hay que guardar ninguna pancarta como los millones que llenaron las calles el 18-0. Cada una tiene su verdad guardada pero eternamente vigente.

Se les recuerda que no se debe olvidar la marcha de millones de chilenos aquel 25 de octubre del 2019. Claro, llegó después el 15 de noviembre para salvar al presidente Piñera.

Por Pablo Varas C - Escritor