CARMEN GLORIA QUINTANA - Montreal, 02 de julio 2023 – Redes sociales
Hoy se cumplen 37 años del día que Rodrigo Rojas Denegri y yo fuimos quemados vivos por militares. Esta no es una conmemoración más, esta se realiza en el contexto de los 50 años del golpe de Estado contra el gobierno democráticamente elegido de Salvador Allende.
La dictadura que se impuso, se caracterizó por sus múltiples violaciones a los derechos humanos: más de 3.200 muertos y "desaparecidos", alrededor de 38.000 torturados, varios cientos de miles de exiliados.
El gobierno militar destruyó todos los derechos democráticos. Una de las primeras consecuencias fue elevar al umbral de la pobreza al 45% de la población del país a causa de su política económica y sus privatizaciones, calificadas de neoliberales.
Por otra parte, los agentes de la represión difundieron un régimen de terror, caracterizado por un estado de amenaza y miedo constante, donde no existían códigos ni referentes fiables para aprehender el peligro y hacer frente al nuevo contexto social. El congreso fue abolido, el poder judicial abdicó, los partidos políticos y los sindicatos fueron prohibidos y todos los medios de comunicación estaban controlados por la dictadura, dejando en la indefensión a miles de chilenos. Se perdieron certezas, de manera que valores como la solidaridad quedaron vulnerables y fueron reemplazados por el individualismo, consumismo y otros ``valores`` propios de un sistema neoliberal.
El hecho que dos jóvenes hayan sido quemados por militares, se inscribe en las violaciones sistemáticas a los DDHH que desplego la dictadura. En nuestro caso en el año 2019, después de 32 años, finalmente se estable la verdad oficial que desde el principio los testigos y yo declaramos, situación que la dictadura y la derecha trataron de ocultar y distorsionar. Ya nadie puede negar la evidencia: esta es LA VERDAD que quedara para la historia:
Dos jóvenes que luchaban por la democracia fueron quemados vivos por militares de la dictadura cívico militar de Pinochet. Rodrigo Rojas Denegri falleció con el 65% de su cuerpo quemado y yo sobreviví con el 62% de mi cuerpo quemado.
Por otra parte, a nivel de la Justicia, 32 años después es demasiado tiempo, pues nada podrá reparar el daño que debió afrontar mi familia y yo, desde el largo y doloroso tratamiento médico que significo más de 40 operaciones y cirugías, sesiones de rehabilitaciones físicas y psicológicas de anos, que implico en lo personal muchos duelos, aceptar la desfiguración de mi cuerpo y tratar de reconstruir mi vida con 18 años. Sin contar la parte moral familiar, cuando fuimos perseguidos, mi hermana encarcelada por ser testigo, amenazados de muerte, afrontar el exilio, reconstruir la vida familiar en otro país, con el costo emocional que implico para todos, padres separados, familia dispersa entre Chile y Canadá, abuelos que no vieron crecer sus nietos, en fin. No quiero dejar pasar Otro daño moral importante, que son los rumores que desde años han circulado y que quiero desmentir de manera categórica, rumores torcidos que dicen que mi marido fue de la CNI, que yo y mi familia pertenecemos a la familia militar, que yo soy víctima del síndrome de Estocolmo, en fin cuestiones tan aberrantes que vuelvo a desmentir categóricamente, solo personas que tienen interés en hacerle un favor a los negacionistas de los DD. HH. pueden sostener y propagar estas injurias y calumnias.
Después de la apelación de los militares, aun esperamos el fallo final, en el proceso judicial que lleva más de tres décadas. Después de 36 años de impunidad, ¡hay que cuestionarse la importancia que la justicia llegue a tiempo! Hago un llamado a los jueces a pensar su rol en la impunidad, en el hecho que muchos familiares de víctimas de la dictadura y familiares de Detenidos Desaparecidos, hayan muerto sin verdad, sin justicia y sin saber aún donde están sus seres queridos.
Me asusta constatar que nuestra democracia aun es frágil. Sobre todo, si constatamos las más de 20 muertes, 2800 personas heridas y de ellas 352 personas perdieron uno de sus ojos o quedaron ciegos, 1100 personas recibieron tratos crueles o tortura, por la represión de la revuelta social del 2019.
Me pregunto si la clase política ha aprendido algo de la experiencia de la dictadura, al parecer la derecha NO. Ellos tienen grabado en el disco duro que frente a un pueblo que clama por dignidad y justicia social, hay que responderles con tanques y metralletas, ¡igual que en Dictadura!
¡La memoria debe ser rebelde! debe ser digna!, la memoria es imprescindible para construir un futuro sólido, ¡donde estén todas y todos los chilenos!
Carmen Gloria Quintana Arancibia.