Tomas Ireland - Ex Secretario General de la UTE - Gentileza de UTE-73
El genocidio del pueblo palestino llevado a cabo por el gobierno fascista de Natenyahu en Israel tiene todas las características de una “limpieza étnica”. Ya no es una represalia por los ataques de Hamas del pasado 7 de octubre. Ahora ya no es una guerra contra Hamas sino una masacre deliberada del pueblo palestino. Hombres, mujeres, niños y bebés palestinos son asesinados a diario. Los ataques y bombardeos israelíes ya han dejado más de 10.800 personas asesinadas, incluidos más de 4.300 niños. Otras 2.650 personas están desaparecidas y se cree que pueden estar muertas o atrapadas bajo los escombros.
Todo esto con el gigantesco arsenal de guerra proporcionado por los Estados Unidos a Israel. Según datos de los departamentos de Defensa y Estado de Estados Unidos, desde 1951 hasta 2022 la ayuda militar estadounidense a Israel, ajustada a la inflación, ha sido de US$225,200 millones, es decir, un promedio de más de US$3,200 millones por año[1]. Una ayuda militar gigantesca, desproporcionada y grotesca para un país de 9.4 millones de habitantes.
Un hecho histórico irrefutable es que Palestina pertenece al pueblo Palestino. Los pueblos indígenas de Palestina han habitado esas tierras durante más de dos milenios. Por tanto, a ellos les pertenece. Pero la historia del pueblo palestino es una historia de sufrimientos y de luchas sin fin a través de los tiempos. Una historia tumultuosa en las encrucijadas de la religión, la cultura, el comercio, la política y la dominación extranjera.
En tiempos recientes, hacia fines de la Primera Guerra Mundial, la Sociedad de Naciones decidió colocar a Palestina y Cisjordania, ambas concedidas por el Imperio Otomano tras el final de la guerra, bajo la administración de Gran Bretaña. En ese periodo, el pueblo Palestino sufrió incontables atropellos de parte de la ocupación británica y el constante embate de organizaciones sionistas. Durante todo el período del Mandato, la organización sionista trabajó con métodos violentos para asegurar el establecimiento de un hogar nacional judío en Palestina. Y ya en esa época, empezaron a llegar inmigrantes judíos a Palestina comprando grandes propiedades agrícolas en la región con miras a establecer un estado judío en la región.
El pueblo palestino sintió que la opresiva administración inglesa era una violación de las garantías de independencia dadas por las potencias aliadas a los líderes árabes a cambio de su apoyo durante la guerra. El resultado de este mandato fue una creciente oposición de árabes palestinos a la administración inglesa con violentas reyertas tanto con militares ingleses como con grupos sionistas de extrema derecha. También el periodo vio recursos extremos de violencias y ataques sin provocación de dichos grupos sionistas contra reductos palestinos. La violencia asolaba Palestina.
25 años después de iniciada la administración inglesa, Inglaterra traspasó el “problema palestino” a las naciente Naciones Unidas sin haber sido capaz de establecer la paz en la región ni de haber encontrado una solución a las demandas de los palestinos para un estado independiente. Las Naciones Unidas entonces aprobaron una resolución para la partición de Palestina en dos estados: un estado árabe palestino y otro judío, dejando a Jerusalén bajo administración internacional. Sin embargo, el estado árabe palestino previsto en el plan de partición de la ONU nunca apareció en el mapa mundial y, durante los 30 años siguientes, el pueblo palestino ha luchado febrilmente por un estado independiente, pero se enfrentado con el expansionismo brutal y el poderío militar israelí, viviendo en lo que se ha llamado “La prisión al aire libre más grande del mundo” por el bloqueo impuesto por Israel en la Franja de Gaza.[2]
Luego de la llamada “Guerra de los Seis Días” en 1967, usando armamento norteamericano, Israel ocupó Gaza, Cisjordania, los Altos de Golan, Sinai y Jerusalén Este. Desde ese momento Israel inicia ocupaciones ilegales y acciones bélicas sucesivas hasta que su control territorial se amplió hasta ocupar toda Palestina.
¿Pero cuál es el verdadero plan del gobierno criminal de Netanyahu en la guerra actual? Primero el gobierno dio orden de forzar a un millón de palestinos quienes vivían en la zona norte de Gaza a abandonar sus viviendas y dejar su territorio bajo amenazas de bombardeos. Una campaña del terror en la que más de un millón de palestinos tuvieron que abandonar sus hogares dentro de un plazo imposible de cumplir. Además, procedió a cortarles la electricidad y el agua potable y a impedirles el acceso a alimentos y medicinas. Y por si aquello fuese poco, empezó criminales e indiscriminados bombardeos sobre Gaza que han destruido ya miles de viviendas, edificaciones e infraestructura, con las consiguientes masacres de palestinos.
Mas aun, los ataques a los centros hospitalarios han sido brutales. Según la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), 15 de los 35 hospitales de Gaza ya no funcionan principalmente por la falta de combustible[3]. Ha habido largos periodos de tiempo sin electricidad, dado que los generadores no funcionan. Según el Ministerio de Salud de Gaza, 130 trabajadores de la salud han muerto y 57 instalaciones de salud han sido atacadas en Gaza desde el 7 de octubre. La Organización Mundial de la Salud también señala que 28 ambulancias están ahora inutilizables, ya sea por daños o falta de combustible, y se están utilizando vehículos privados para transportar a los heridos a los hospitales[4].
La pregunta que surge hoy en ámbitos internacionales es ¿Hasta dónde llegará esta limpieza étnica? Adler Jonathan de la organización Carnegie Endowment for International Peace, ha señalado que “Si bien los gobiernos israelíes anteriores han tratado de despoblar Gaza, hoy en día hay un impulso creciente para llevar a cabo transferencias masivas (de palestinos), con el apoyo estadounidense” [5].
El historiador israelí Ilan Pappé de la Universidad de California, Berkeley lo expreso más claramente: “Las políticas de eliminación forman parte del ADN sionista desde el inicio mismo del movimiento a finales del siglo XIX. Para decirlo con palabras menos académicas, se quería la mayor parte posible de Palestina con el menor número posible de palestinos” [6]. La desocupación forzada de palestinos de la franja de Gaza hacia la península de Sinai en Egipto es una prueba de lo que está sucediendo. Los palestinos fuera de Palestina.[7]
¿Hasta dónde llegará esta limpieza étnica? Todo indica que el plan de Netanyahu y sus acólitos es expulsar a los palestinos de su patria Palestina a sangre y fuego. Mas de dos millones de palestinos están siendo empujados por las armas y los bombardeos hacia la península de Sinai en Egipto. La limpieza étnica de Palestina entra hoy en su fase final. Y así, nuevamente el pueblo palestino está siendo expulsado de sus legítimos territorios, tal como en 1948 cuando cientos de miles de palestinos fueron forzados por el ejército israelí a abandonar sus pueblos y ciudades en el contexto de la creación de Israel, un evento al que los palestinos llaman Nakba, palabra árabe que significa catástrofe. Y el objetivo final no será sólo la limpieza étnica de Gaza, sino también de Cisjordania.
Tomás Ireland
[1] “Por qué el apoyo de Estados Unidos a Israel es incondicional e inquebrantable” BBC News Mundo. 17 octubre 2023.
[2] Høvring, Roal. Gaza: The world’s largest open-air prison. Norwegian Refuge Council. 26 April 2018
[3] Basu, Brishti “Dwindling supplies, damaged hospitals in Gaza prompt growing calls for aid, ceasefire” CBC News. 1 November 2023
[4] Basu, Brishti. Ibíd.
[5] Adler, Jonathan. “South into the Sinai: Will Israel Force Palestinians Out of Gaza?” Carnegie Endowment for international peace. 31 October 2023
[6] Pappé, Ilan “El racismo y el apartheid en el origen de un siglo de violencia en Palestina” Diálogos on line. Toronto, Ontario. Noviembre 12 2023.
[7] “Leaked document fuels concern Israel plans to push Palestinians from Gaza into Egypt” CBC news. 1 November 2023.