By Paul Walder 19 Junio, 2024 El Clarín Chile
La reciente aprobación en la Comisión de Minería y Energía de la Cámara de Diputados y Diputadas de Chile sobre la concesibilidad del litio ha desatado una ola de preocupación y rechazo entre diversos sectores del país. Esta decisión, catalogada como una «muy mala noticia para Chile» por el diputado Nelson Venegas, podría tener graves consecuencias para la economía y la soberanía nacional.
El litio, considerado el «sueldo del futuro» para Chile, es un mineral fundamental para la producción de baterías, especialmente en el contexto de la creciente demanda por la electromovilidad. La importancia estratégica de este recurso ha sido reconocida desde la dictadura militar, cuando se excluyó su extracción de las concesiones mineras privadas. Esta exclusión se basaba en la necesidad de mantener el control estatal sobre un recurso vital para el desarrollo económico y tecnológico del país.
Una Decisión Controvertida
El diputado socialista Nelson Venegas, miembro de la Comisión de Minería y Energía, expresó su consternación ante la aprobación de la idea de legislar la concesibilidad del litio. Venegas señaló que esta decisión se tomó de manera apresurada, sin el debido conocimiento de expertos que pudieran haber aportado una perspectiva más informada. «Es grave, y no solo por su naturaleza económica, sino por el sentido estratégico que constituye este material», afirmó Venegas.
La concesión de bienes o servicios a particulares o empresas otorga el derecho de explotación durante un tiempo determinado. En el caso del litio, permitir concesiones a empresas privadas, especialmente a multinacionales, podría significar la pérdida de un recurso estratégico que debería permanecer bajo control estatal para asegurar su uso en beneficio de todos los chilenos.
Perspectivas económicas y sociales
El economista socialista Gonzalo Martner, en un artículo publicado en El Clarín, destacó que la exclusión del litio de las concesiones privadas durante la dictadura se hizo por razones estratégicas. Martner explicó que, aunque es posible establecer contratos con privados para la extracción del litio, estos deben ser de duración determinada y bajo condiciones estrictas, incluyendo el cobro de regalías y el cumplimiento de normas ambientales y tributarias.
Martner también mencionó el reciente acuerdo con SQM, que asegura que alrededor del 85% de los excedentes queden en manos del Estado después de 2030. Este acuerdo, aunque criticado por no haber sido sometido a licitación, demuestra la importancia de mantener el control estatal sobre la explotación de recursos estratégicos.
Intereses oscuros en juego
La moción para legislar la concesibilidad del litio fue presentada por varios diputados de la derecha, incluidos Álvaro Carter (UDI), Christian Matheson (independiente Evópoli), Benjamín Moreno (republicano), Marco Antonio Sulantay (UDI), Jovana Ahumada (demócrata) y José Miguel Castro (Renovación Nacional). Según Venegas, estos diputados no solo presentaron la moción, sino que también votaron a favor, demostrando una clara alineación con intereses privados y multinacionales.
Venegas criticó la falta de un debate profundo sobre el tema, señalando que solo hubo dos intervenciones, una a favor y otra en contra. La discusión apresurada y la ausencia de opiniones de expertos reflejan una falta de consideración por las implicaciones estratégicas y económicas de la concesión del litio.
El litio es un recurso estratégico no solo por su valor económico, sino también por su relevancia en términos de seguridad y soberanía nacional. Venegas destacó la necesidad de considerar las implicaciones militares y nucleares del litio, sugiriendo que las Fuerzas Armadas y el Ministro de Hacienda deberían haber sido consultados en el proceso de decisión.
«La concesión del litio podría afectar la estrategia nacional y entregarlo a manos extranjeras atenta contra la soberanía», afirmó Venegas a El Clarín. La concesión a multinacionales extranjeras podría significar que los beneficios económicos y estratégicos del litio no se queden en Chile, sino que se transfieran a otros países, poniendo en riesgo la capacidad del país para controlar un recurso tan vital.
La hipocresía endémica de la derecha
Venegas fue categórico en su denuncia de la hipocresía de algunos sectores de la derecha, que hablan de patriotismo y defensa de la nación, pero votan a favor de concesiones que podrían entregar recursos estratégicos a multinacionales extranjeras. «Hay algunos que ponen una banderita chilena y hablan todo el día de la patria y de la nación, pero cuando tienen que votar proyectos de esta naturaleza, votan para hacer posible que se realicen concesiones», declaró Venegas.
Frente a esta situación, es crucial reafirmar la propiedad pública del litio y de todos los recursos mineros. La asociación del Estado con privados debe realizarse a través de contratos cuidadosamente diseñados, que aseguren que los beneficios de la explotación de recursos estratégicos queden en manos del Estado y se utilicen en beneficio de todos los chilenos.
La reciente declaración de inadmisibilidad de la moción en la Cámara ofrece una esperanza de que no prospere, pero es esencial mantenerse vigilantes y continuar denunciando cualquier intento de concesionar el litio. La propiedad y el control estatal sobre recursos estratégicos es fundamental para garantizar el desarrollo sostenible y la soberanía nacional.
La aprobación de la idea de legislar la concesibilidad del litio por parte de la Comisión de Minería y Energía es una amenaza grave para la economía y la soberanía de Chile. Las declaraciones del diputado Nelson Venegas y el análisis del economista Gonzalo Martner subrayan la importancia de mantener el control estatal sobre este recurso estratégico. La lucha por la propiedad pública del litio es una defensa de los intereses nacionales frente a la presión de intereses privados y multinacionales. En un momento en que la electromovilidad y las nuevas tecnologías están redefiniendo el panorama económico global, Chile no puede permitirse perder el control de un recurso tan vital como el litio.
Paul Walder