Por Carlos Daroch Varas – 25 de mayo 2022 – Bogotá, Colombia - PARA UTE NOTICIAS
Faltando tres días para llevar a cabo la elección de presidente en Colombia hay una calma chicha. Hablar de calma chicha es hablar de la otra quietud, la que desespera, en la que no hay ni frio ni calor, ni bien ni mal, la que sabe a muerte (Arturo Ortega Moran). El domingo 19 de abril de 1970 se eligió a Misael Pastrana Borrero por sobre un ex General ® del Ejercito llamado Gustavo Rojas Pinilla, quien había ejercido como presidente después de dar un golpe de estado en junio de 1953, quien durante su mandato realizo obras de infraestructura de importancia y contribuyo con medidas económicas en favor de la clase popular como la creación de la Secretaria Nacional de Asistencia Social (SENDAS), decreto el voto para la mujer y trajo la televisión al país. Esta elección esta signada por el fraude en el conteo de votos en favor de Pastrana, esa noche hubo ley marcial y toque de queda. Por esa razón no hay más elección un 19 de abril. Ahí nace un movimiento subversivo llamado M-19 que siempre ejecuto acciones guerrilleras llamativas como la toma de la embajada de la Republica dominicana con muchos embajadores y personal diplomático en su interior, incluyendo el embajador de USA. Debemos recordar que esta misma agrupación guerrillera en el año 1985 se tomó la sede de las altas Cortes lo que desemboco en una retoma sangrienta por parte de la fuerza pública. Anotamos que el candidato Gustavo Petro Urrego fue militante de este grupo subversivo y según sus palabras, fue un dirigente político que estuvo preso por cuenta de esta militancia.
Esta pequeña introducción histórica es para señalar que hoy día tal como ayer, la presente elección se encuentra cuestionada por problemas surgidos en la anterior elección de senadores y representantes, donde los resultados expedidos por la Registraduria Nacional variaron en más de un millón de votos que estaban refundidos y que contribuyo a la elección de un importante número de senadores del Pacto Histórico, movimiento que lidera Gustavo Petro Urrego. Si uno mira con cierto detenimiento este momento político de Colombia hay muchas cosas en común que presagian turbulencias en el acontecer de esta nación.
Lo cierto es, que las encuestas de opinión dan como ganador al candidato del Pacto Histórico por rangos de edad, por género y por estrato social, en primera vuelta y también en segunda vuelta frente a todos los candidatos por separado. Ahora ultimo dan como un seguro contendor a un empresario que ha hecho campaña contra la corrupción, lo paradójico del caso, es que el mismo está siendo investigado por los órganos de control por su desempeño como alcalde de Bucaramanga. No tiene un equipo que lo acompaña en su aspiración presidencial, solo los oportunistas de siempre.
La estrategia de la derecha es jugar a acumular sus votos, los del candidato Federico Gutiérrez junto a los votos de los indignados con la corrupción, a los indecisos, los sin partido y los que ingenuamente creen que solo hay que oponerse a la corrupción para manejar un país aquejado por la violencia con más de diez millones de hogares bajo la línea de la pobreza, siete millones de hogares colombianos que no alcanzan a cubrir sino una o dos comidas diarias.
La experiencia indicaría que Petro debiera ganar en primera vuelta y por buen margen de votos, el mejor aliado del Pacto Histórico ha sido este gobierno que tiene los índices de gestión más malos en décadas y que termina con una bajísima popularidad personal del presidente actual Iban Duque.
En segunda vuelta, toda la derecha y algunos sectores políticos de centro que tienen una rivalidad personal con Gustavo Petro se unirían a Federico Gutiérrez para ir con todo en contra del candidato del Pacto Histórico, en ultimas dejarían en libertad a sus partidarios. Por su parte, poco a poco dirigentes políticos del partido liberal y la base liberal (socialdemócrata) especialmente en las regiones se ha plegado a la candidatura de Gustavo Petro, del centro político también públicamente han hecho saber su adhesión a este candidato y con los resultados que se tengan, sino hay victoria en primera vuelta, esperamos y confiamos que se dé efectivamente la polarización política y que se asuma con responsabilidad el voto.
El cierre de campaña se dio en la plaza de Bolívar, sitio emblemático para medir fuerzas y fue un lleno total, ochenta mil personas estuvieron desde tempranas horas disfrutando de un show musical acompañado de un sol primaveral hasta la finalización del evento con los discursos de Francia y Petro. Estamos a un tirito de cambiar la historia de Colombia.
¡VAMOS QUE SE PUEDE!! Es el grito que retumba.
Carlos Guillermo Daroch Varas - Abogado
Bogotá D.C. /Colombia