By Hugo Murialdo 11 diciembre, 2021 – EL CLARIN
Invitado por el Constituyente de ultraderecha y fanático neoliberal Bernardo Fontaine, el terrorista venezolano, Leopoldo López, fundador del partido de ultraderecha Voluntad Popular, explicó en el seno de la Convención Constituyente que “todo comenzó hace 21 años con la Asamblea Constituyente para llegar hasta ahora a la dictadura de Nicolás Maduro”. Además, aunque dijo desconocer el proceso chileno, advirtió que la Convención Constituyente (el habló de Asamblea Constituyente) podía llevarnos a la misma situación de Venezuela. Es decir, que el gran demócrata piensa que las constituciones deben ser redactarlas por un grupo de iluminados, muy reducido, elegido a dedo, que trabaje entre cuatro paredes y, por supuesto, que haya sido designado por el jefe supremo de una dictadura militar de ultraderecha.
Pues bien, le voy a contar al señor López, espero que lo entienda, porque tiene fama no sólo en Venezuela, sino en varios países del mundo, de ser muy limitado intelectualmente, que ese es, justamente, el calvario que padecemos los chilenos y desde hace 48 años, un 11 de septiembre de 1973, en que no hemos sido capaces, hasta ahora, de iniciar un proceso de cambio (sin un verdadero poder constituyente) de la Constitución de Pinochet, con unos retoques de cosméticos varios, aportados por el ex presidente Lagos.
Es necesario recordar que el señor Leopoldo López fue condenado por los delitos de instigación a delinquir, intimidación pública, daños a la propiedad estatal y homicidio intencional calificado. Huyó del país, gracias a la ayuda del embajador de España en Venezuela que lo sacó en forma clandestina, contraviniendo toda la legislación internacional en la materia. La huida de López se pudo concretar debido a que el presidente Nicolás Maduro le concedió, de motu proprio, el beneficio de domicilio por cárcel. Es decir, cumplía su condena en su propia casa.
Bueno, volviendo a su participación en la Convención Constituyente, de acuerdo con el anfitrión, Bernardo Fontaine, “lo hemos invitado para que nos aporte con sus conocimientos (sic) y su experiencia (¿de cómo boicotear una Convención y una nueva Constitución?), para mejorar nuestro trabajo en la Convención y evitar cometer los mismos errores que cometió la Asamblea Constituyente de Venezuela”. Nótese que en ningún momento explicó los “conocimientos” en materia constitucional con lo que contaba su invitado, ni menos, cuáles habrían sido los errores cometidos por los constituyentes venezolanos.
Ahora bien, que el señor Fontaine invite a un golpista, terrorista, asesino y prófugo de la justicia y, además, extranjero, al seno mismo de la Convención Constituyente, es una inmoralidad que está en el ADN del actuar de la derecha y con la que demuestra, indiscutiblemente, que le importa un carajo la Convención, y que sus miembros harán todo lo posible (como ya lo han venido haciendo), para desprestigiarla y hacer que fracase en su cometido: por algo votaron por el rechazo. Estos personajes, incluido el convencional de la UDI, Arturo Zúñiga, que dijo que Leopoldo López era un verdadero demócrata, condenaron a Rojas Vade por haber mentido respecto de padecer cáncer para recaudar dinero para su campaña para ser Convencional. Toda la derecha lo trató de inmoral y durante varios días, los medios de comunicación hegemónicos para lo único que se refirieron respecto de la Convención, fue para denostarlo como un inmoral y otros epítetos en el mismo sentido. No hay duda que el actuar de Rojas Vade (antes de ser convencional), es totalmente condenable, pero si lo comparamos con el hecho de haber invitado a un individuo con el prontuario del señor Leopoldo López al seno de la Convención, el acto de Rojas Vade no llega ni siquiera a pecado venial). Recordar que el señorito Arturo Zúñiga es el ex subsecretario de Redes Asistenciales del Ministerio de Salud, que renunció a la subsecretaría para escapar de auditorías que había iniciado la Contraloría General de la República:
“Gastos sin respaldo, servicios de salud en serios problemas financieros, la sombra de las auditorías al uso de recursos en los hospitales y servicios de salud durante la pandemia, así como en el arriendo de residencias sanitarias y el pago a una constructora en quiebra a cargo del nuevo Barros Luco, fueron los factores que hicieron que la permanencia del subsecretario de Redes Asistenciales se tornara insostenible. Desde septiembre, al menos, que Zúñiga y sus asesores venían preparando una salida “limpia”, tal como se trató de hacer esta semana, poniendo el foco público en el cierre de un ciclo y sus aspiraciones de asumir una candidatura en la VI Región”. (La verdadera trastienda de la salida de Arturo Zúñiga del Minsal, Felipe Saieh, El Mostrador, 5/11/2020).
Otro que se las trae, es el convencional de la UDI, Martín Arrau, quien, en entrevista con CNN, se mandó la siguiente frase: “que en la Asamblea Constituyente de Venezuela todo había salido pésimo y qué bueno que lo había dicho Leopoldo López, que pertenece a un partido de izquierda”, ¡ignorancia, estupidez o una vil mentira!, en la que ni se arrugó para espetarla, como todo buen aprendiz de Joseph Goebbels.
Todo este entramado organizado por el señor Fontaine y los otros convencionales de la ultraderecha, se produce justo el día en que la Asamblea General de las Naciones Unidas declara que el único Presidente legítimo de Venezuela, es Nicolás Maduro Moros. Por otra parte, unos días antes, se produce un quiebre en la oposición política del país llanero:
“Dirigente pide una reestructuración de la oposición de Venezuela: El gobierno interino de Guaidó “debe desaparecer”. Julio Borges, ex presidente del Parlamento y quien hasta el domingo era asesor del líder opositor aseguró, dos semanas después de una aplastante derrota opositora en las elecciones regionales, que la lucha para “salir de la dictadura” de Nicolás Maduro ha perdido “legitimidad”. “La noción del gobierno interino tiene que desaparecer completamente, no podemos seguir con una nómina, con una burocracia que el año pasado llegó a casi 1.600 personas, nosotros pedimos eliminar eso completamente”, dijo Borges a periodistas durante una videoconferencia desde Colombia en la que renunció a su cargo como colaborador de Guaidó. Emol, El Tiempo (“Guaidó y una burocracia de 1600 personas”), Clarín, 6/12/2021.
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