por Ignacio Fernández Ruiz - 9 julio, 2022 –EL MOSTRADOR
Usted sabe, señor Presidente, que lo admiramos por el “dedazo a Pinochet”, liderar la campaña del NO, decirle no al presidente Bush en su guerra en Irak, ofrecerle relaciones diplomáticas “aquí y ahora” a Bolivia. Incluso le admiramos su memoria para ser abogado sobre “La concentración del poder económico en Chile”. Usted sabe, señor Presidente, que sufrimos con usted en la primera vuelta con Lavín cuando “escuchó la voz del pueblo” (la del pueblo, no la de la elite) y celebramos juntos en la segunda.
Usted sabe, señor Presidente, que la Constitución del 80 la hemos querido reemplazar (NO modificar) desde que entró en vigor. Usted nos incentivaba a eso, señor Presidente.
Usted sabe, señor Presidente, que el plebiscito de salida del 4 de septiembre es la elección más importante desde el plebiscito del Sí y el No de 1988. Usted, más que sabe, señor Presidente, que esperamos que nuestros líderes políticos tomen partido por alguna de las opciones que están en juego. Es difícil entender a uno que no lo haga o que dé a conocer su opción muy cerca de la elección, cuando ya no tiene efecto electoral.
Usted sabe, señor Presidente, que sería una extravagancia que un proyecto constitucional genere consenso (¿hay alguno en el mundo que genere consenso?). Lo único cierto, Presidente, y usted lo sabe muy bien, es que esta Constitución fue redactada por los constituyentes elegidos por la ciudadanía y todas las normas fueron aprobadas, al menos, por 2/3 de los constituyentes (es difícil encontrar un estándar más alto a nivel internacional). El resto, señor Presidente, son interpretaciones de las encuestas.
Usted sabe, señor Presidente, que la Constitución de EE.UU., la chilena del 25 y muchas otras han sido resistidas al momento de entrar en vigor. Luego de un tiempo, se han convertido en la casa de todos. Le pregunto, señor Presidente, ¿por qué no confía que lo que pasó con la Constitución del 25 no pueda pasar también con este proyecto constitucional y se transforme en la casa de todos?
Usted sabe, señor Presidente, que un colega suyo socialdemócrata, Tony Blair, decidió aliarse a la derecha en la guerra de Irak. No tengo que informarle, señor Presidente, que hoy no hay ningún laborista que quiera acercarse al ex primer ministro.
Usted sabe, señor Presidente, que el nombre del Poder Judicial, la integración y las facultades del Consejo de la Justicia, la iniciativa parlamentaria en las leyes de concurrencia presidencial, el bicameralismo asimétrico, las fuentes de financiamiento de las regiones, etc., son temas técnicos de cuidado, pero no son lo más importante. Lo más relevante es dejar atrás la Constitución de Pinochet, con una Constitución cuyo origen ha sido, impecablemente, democrático y sus normas técnicas, si bien perfectibles, han pasado el test de reconocidos especialistas internacionales, como la Comisión de Venecia.
Usted mejor que nadie sabe, señor Presidente, que no hay ninguna certeza de que si gana el Rechazo se logre acuerdo para cambiar la Constitución del 80. La oportunidad histórica es ahora. El resto son buenas intenciones…es música, dijo alguien por ahí, señor Presidente. Usted sabe, señor Presidente, que la política es veleidosa y los acuerdos de hoy se pueden esfumar mañana. Usted, señor Presidente, ¿se acuerda de las promesas que se hicieron sobre los senadores designados?
Usted sabe, señor Presidente, que no hay ningún proyecto concreto de la derecha, ni de Amarillos por Chile, ni de ninguno de los que llaman a “rechazar para reformar” para modificar la Constitución actual. Ninguno. Usted sabe, señor Presidente, que aprobar los 4/7 para modificar la Constitución no asegura que se presenten (o aprueben) propuestas para el necesario cambio de la misma. Usted sabe, señor Presidente, que la derecha controla el 50% del Congreso. ¿Por qué no hemos visto esas propuestas, señor Presidente?
Usted sabe, señor Presidente, que con su carta pasó a ser el principal aliado de respetables ciudadanos como Cristián Warnken, Ignacio Briones, Mario Desbordes, Mariana Aylwin, Andrés Velasco. Todos grandes ciudadanos, pero no, necesariamente, grandes promotores de las transformaciones que usted nos enseñó, desde su memoria para ser abogado, que eran fundamentales para desarrollar el país. Usted sabe, señor Presidente, que, respecto del proyecto de nueva Constitución, su opinión no dista mucho de la opinión de ilustres representantes de la derecha.
Usted sabe, señor Presidente, que un colega suyo socialdemócrata, Tony Blair, decidió aliarse a la derecha en la guerra de Irak. No tengo que informarle, señor Presidente, que hoy no hay ningún laborista que quiera acercarse al ex primer ministro. Él sigue insistiendo en que estuvo bien haber apoyado la guerra, pero “él-sabe-que-todos-sabemos-que-él-sabe” que eso no es verdad.
Usted sabe, señor Presidente, que, pese a todo, le deseamos lo mejor.
GENTILEZA DEL MOSTRADOR