OPINION DE PAMELA ZAMORANO

¿COMO SER MUJER Y SOBREVIVIR A LA PANDEMIA?

por Pamela Zamorano Pérez.

Pamela Zamorano Perez es Antropóloga Social, y ex SEREMI del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género de la Región de O'Higgins.

Con la aparición del virus COVID-19 y su expansión por todo el planeta hemos visto cómo los países, los pueblos, las comunidades y las familias han sido fuertemente afectadas en diversas dimensiones: sanitaria, social, económica y políticamente. Chile no es la excepción, más aun cuando nos encontramos atravesando un intenso movimiento social que busca realizar cambios sociopolíticos y económicos profundos al modelo neoliberal y alcanzar mayores niveles de equidad y justicia social.

En este contexto es que la pandemia contribuye a evidenciar con una claridad inesperada la profundidad de las desigualdades sociales que vivimos mujeres y hombres chilenos, nos preguntamos ¿cómo las mujeres que llevamos años viviendo en un modelo que abusa de nosotras en todos los ámbitos (económicos, políticos y sociales) podemos enfrentarnos a una pandemia cuyos efectos sobrepasan con creces el ámbito de la salud? Y he aquí cómo nos damos cuenta que las mujeres que siempre han ocupado puestos laborales precarios, inestables y con bajos sueldos son las primeras en quedar cesantes, llegando a alcanzar según cifras del INE a más de 900 mil las desempleadas. Esto sumado al creciente número de familias con jefatura de hogar femenina nos sitúa en una encrucijada compleja toda vez que las labores de reproducción social y familiar como el cuidado de la familia, el trabajo doméstico no remunerado o el trabajo comunitario de ollas comunes, continúa siendo una responsabilidad casi exclusivamente de las mujeres chilenas.

Las trabajadoras han estado en primera línea enfrentando esta crisis, las políticas del gobierno han descansado principalmente en aquellos rubros fuertemente feminizados como la salud, el aseo y la educación, cuyas labores se han sostenido sin medidas concretas que aborden temas como el cuidado, el trabajo doméstico y la sobrecarga laboral de estos 7 meses de crisis sanitaria. Son estas mujeres que día a día viven la pandemia enfrentadas a diferentes situaciones como el confinamiento, extensas jornadas de teletrabajo o a trabajos con alta exposición al contagio, que sumado al trabajo doméstico no remunerado, que continúa siendo desarrollando al interior de sus familias casi exclusivamente por mujeres, la falta de salas cunas y jardines infantiles o simplemente a la imposibilidad de seguir contando con una trabajadora doméstica, dada las prohibiciones sanitarias y el hecho de que este rubro no ha sido consideradas como esencial. Todo esto agudiza las brechas de género que nuestro país ya venía denunciando en las calles, y como si esto fuera poco, las mujeres (niñas, jóvenes y adultas) hemos quedado confinadas en las casas expuestas a la violencia intrafamiliar, al abuso sexual infantil o a la violencia económica, entre otras graves vulneraciones, sin contar con medidas gubernamentales certeras para proteger sus vidas. La falta de acceso a la justicia se ha agudizado con el funcionamiento virtual de los organismos públicos y la imposibilidad de que las escasas medidas de protección que establece la ley puedan ser cumplidas.

Otro asunto, son las mujeres indígenas, migrantes, rurales, diversas sexualmente o en situación de discapacidad, quienes han quedado relegadas a apoyos de sus entornos cercanos o círculos de sororidad territoriales, sin que el gobierno se pronuncia en lo más mínimo, evidenciándose que los aportes económicos del gobierno no llegan a todas las mujeres, ni priorizan a aquellas en situación de vulneración de derechos, ahora más que nunca se necesitan medidas afirmativas y focalizadas a las diversas necesidades de la inmensa diversidad de mujeres chilenas.

Es entonces, ¿qué hemos hechos las mujeres? La respuesta es mucho, aquí debemos visibilizar y valorizar el aporte de las organizaciones de las propias mujeres que no sólo demandan sus derechos, sino también se ponen al servicio de ollas comunes, crean plataformas de difusión de emprendimientos locales a través de grupos de WhatsApp, crean grupos de ayuda a quienes viven violencia de género, se cuidan en los barrios y las poblaciones, entre otras muchas acciones. Con el horizonte de cambiar este país, las mujeres están en las calles exigiendo democracia, participación, trabajo y por sobre todo una Nueva Constitución; democrática, paritaria y feminista que aborde los temas de fondo, buscando instalar principios de equidad y justicia, abriendo las anchas alamedas a la participación política de nosotras, no queremos más una democracia sin mujeres, estamos organizadas para luchar por el derecho a una vida libre de violencia y para que nunca más los derechos humanos de hombres y mujeres sean atropellados.

Esta vez Chile se construye con TODAS las mujeres!!!

Esto es lo que opino yo..... ahora te toca a tí.

Opínalo.