EL PERRO EN EL CONDOMINIO

By Ricardo Candia  27 Febrero, 2024  El clarín chile

Que la ultraderecha estimula los flujos migratorios para su conveniencia, es algo que se ha dicho y repetido muchas veces, y se ha probado otras tantas. En la imagen, Felipe Alessandri, exalcalde de Santiago.

Nuevamente la traición hace lo suyo en las filas de la ultraderecha. Enfrentados a la posibilidad de ganar una elección, ha bastado con un audio vergonzoso y vergonzante para que al menos por ahora, uno de los postulantes tenga que dar explicaciones por sus conductas relacionadas con las facilidades irregulares que les dio siendo alcalde Santiago, a los miles de migrantes que llegaban por entonces.

No olvidemos, estimulados por esa memorable visita que hiciera el fallecido presidente Piñera a poblado de Cúcuta, en el límite colombiano venezolano, para apoyar a cierto sujeto que ya pasó a la historia de lo execrable, e invitar a los que se quisieren venir a avecindar, que vengan, porque esta tierra es tal, que para poder vivir en ella y perpetuarse no la hay mejor en el mundo…

Que la ultraderecha estimula los flujos migratorios para su conveniencia, es algo que se ha dicho y repetido muchas veces, y se ha probado otras tantas.

La crisis del capitalismo, que tiene a la humanidad a un tris de un colapso irreversible, expulsa de sus propios países a los seres humanos empobrecidos por el colonialismo que traficó con materias primas y seres humanos.

Y de paso les saca ganancias como mano de obra barata, de esa de la que habla en el audio hecho público.

La laxitud militar y policial en las fronteras no es casual. Obedece a directrices claras de dejar entrar a gente ávida de trabajar en lo que sea por lo que sea. No es casual que los mandos militares de todos los tiempos sean de las mismas familias de los poderosos dueños de todo lo que alcanza la mirada.

Vea quienes son los que cosechan las frutas de la estación. Se dará cuenta que los chilenos ya no trabajan por la miseria que pagan y las condiciones inhumanas en que amontonan a los trabajadores que sacan las uvas que los chilenos se sienten tan orgullosos.

Vea en las construcciones. Se dará cuenta la cantidad de gentes de piel oscura que trabaja en ellas. Avispados empresarios de ese rubro se dieron cuenta que los haitianos son personas muy trabajadoras, responsables y empeñosas y que, esto es lo más importante, no se interesan por sindicatos, derechos, justicia social y buen trato.

Vea quienes hacen aseo en centros comerciales, calles y donde sea.

Quienes alguna vez fuimos migrantes, cabezas negras disponibles a cualquier hora, sabemos que lo que importa en ese estado es el dinero en efectivo que no paga impuestos, ese que se manda a la familia que quedó allá lejos.

Lo que reconoce sin tapujos el dúo del audio en cuestión, es algo que sabe todo el mundo y que, por lo mismo, la prensa lo ha callado sistemáticamente: la migración irregular es un negocio de los poderosos, así sea que ya no se usen barcos negreros para el efecto.

Que ahora salga a la luz del día es porque hay detrás de ese audio una operación sistemática, planificada y caníbal.

Queda al desnudo algo que, lamentablemente. no importa mucho al censo: lo inmoral de la ultraderecha, su absoluto desprecio por las personas, su burlas respecto de derechos, leyes y principios.

El tratamiento de perros que se le da al que tuvo la necesidad de salir de su país por la razón que haya tenido, indigna. O, por lo menos, debiera hacerlo.

Esa es la misma ultraderecha que entra al juego democrático no más porque el negocio se da bien, por ahora, mediante esa fórmula. Pero que pateará el tablero y todo lo que le traiga no más las cosas se les pongan cuesta arriba, es decir, que corran el riesgo de dejar de ganar dinero de la manera grosera y morbosa como lo hacen.

Para financiar su llegada al cielo, no será

Esa misma derecha que ha logrado controlar a los más bravos zurdos del pasado, esos que hace años fueron perseguidos en un intento por exterminarlos, a esos que le mataron no se sabe a cuántos de sus más valiosos militantes, esos que dejaron todo por combatir la dictadura y esos en los que hay muchos que prefirieron morir que entregar a sus camaradas o traicionarlos.

¿Recordamos?

Parece que no mucho ni todos.

Ricardo Candia Cares