INCONSCIENCIA ELECTORAL

Por: Mónica González y Alejandra Matus; periodistas

AMIGOS: Permítanme una disquisición breve sobre las elecciones del fin de semana. Al respecto había pensado que los hechos son la mejor forma de enseñar. Las acciones constituyen y, siempre ha sido así, una forma clara de expresar la calidad de lo que somos.

Eso es en una gente normal. Pues, la gente normal es capaz de pensar y sacar conclusiones lo más cercana a la verdad, de los hechos que ve, oye, percibe.

Pero, en Chile, no es así.

Entre mayor corrupción caracterice a un sector, a un grupo social, a una entidad política, a una clase como lo es la poseedora de los medios de producción, pareciera que la gente se esfuerza por hacer suya tal condición, la admiran y la protegen sin asco alguno.

Los casos Cubillos, Hermosilla, Chadwick, Vivanco y muchos otros aludidos en los fraudes o en la pedofilia, el acoso y la discriminación, narco o venta de armas, que han demostrado la indignidad de las fuerzas de extrema derecha, son aliciente para que la turba inconsciente, ignorante y sumisa, vuelva en cada elección a elevarlos a la categoría de gente de bien, personas de calidad que merecen ser elegidos como representantes del pueblo.

Dime a quién elijes y te diré como eres.

En este sentido, quienes votan, siguen y aplauden a la derecha, son cómplices, encubridores, proxenetas y cabrones de los oportunistas que manejan los precios de los bienes; de los que hacen del latrocinio una forma de política; de los que utilizan cargos públicos para su beneficio personal; de los que profitan del Estado, aunque luego lo desacreditan. En fin, son los que comparten el robo de las AFP o de la Deuda de los Profesores.

Son los que aplauden la impunidad de los delitos de cuello y corbata y los que se regocijan con las penas de “Clases de Ética”. Luego hablan de Libertad, Democracia y Estado de Derecho.

En este estado de cosas y en la forma que la sociedad se expresa, para abrir realmente la consciencia de la “chusma inconsciente y los huemules de la caramba” como bien decía Alessandri el Lenin chileno en esos tiempos pasados, se requieren otros, mejor dicho decenas, más aún, cientos de estallidos sociales, para que la claridad se haga carne y sangre de los chilenos.

ME NIEGO EXPRESAMENTE A SER CÓMPLICE O ENCUBRIDOR DE ESE TIPO DE GENTE…¿Y UD.?

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