By El Clarín de Chile 17 diciembre, 2024
La llegada de Mario Desbordes (Renovación Nacional) a la alcaldía de Santiago ha generado una fuerte polémica. En sus primeros días de gestión, el edil concretó una de sus promesas más discutidas: la eliminación de la Subdirección de Igualdad de Género, Diversidad Sexual e Inclusión, creada durante la administración de su antecesora, Irací Hassler (Partido Comunista). La medida, que incluyó el despido de al menos 37 funcionarios, ha sido interpretada como un retroceso en materia de derechos sociales y ha despertado fuertes críticas.
La controversia no es nueva. El pasado 3 de noviembre, antes de asumir su cargo, Desbordes ya había cuestionado abiertamente la existencia de la Subdirección, señalando que sus funciones carecían de prioridad. “Vamos a poner término al gasto enorme que hay en la oficina de la Igualdad, donde entiendo hay 100 personas haciendo estudios de género en circunstancias que, en paralelo, no hay plata para hacer mamografías, por lo tanto, eso se termina”, declaró en entrevista con La Tercera. Aunque posteriormente sostuvo que el objetivo era reformular el área, los despidos masivos y la desarticulación de los programas evidencian otro desenlace.
Despidos y abandono de programas clave
La situación alcanzó su punto álgido el lunes pasado, cuando el medio The Clinic reveló que al menos 37 funcionarios de la Subdirección de Igualdad de Género habían sido desvinculados. Entre los afectados destacan profesionales que trabajaban en iniciativas esenciales como la Casa Igualdad, un centro de cuidados que brindaba apoyo a mujeres víctimas de violencia, personas mayores y niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA).
Rosario Olivares, exsubdirectora del área, denunció los despidos como una acción irresponsable que afecta directamente a sectores vulnerables: “Lo que más duele es que estas decisiones dejan sin atención a personas que dependen diariamente de servicios esenciales. Mujeres que reciben apoyo por violencia de género, personas mayores que viven solas y niños con TEA se quedan sin soporte alguno”. Además, Olivares rechazó la idea de que los funcionarios despedidos fueran operadores políticos: “Esto no fue un despido de operadores; eran profesionales altamente capacitados, seleccionados mediante procesos transparentes”.
De los 103 trabajadores que componían la Subdirección, 43 estaban financiados con fondos externos del Ministerio de la Mujer y de Desarrollo Social, mientras que los restantes 60 eran de dotación municipal. En este último grupo se produjeron 37 despidos, concentrados principalmente en el programa Casa Igualdad.
La versión oficial: prioridades presupuestarias
Ante las críticas, la administración de Desbordes emitió un comunicado donde justificó la medida como parte de una reestructuración destinada a “potenciar un concepto integral de inclusión”. “Estamos reforzando el Sistema de Cuidados, con énfasis en mujeres y hombres cuidadores, y en vías de implementar un centro de atención para niños neurodivergentes, como aquellos con TEA, problemas de aprendizaje o TDAH”, señalaron desde el municipio.
Asimismo, el comunicado destacó que la Casa Igualdad generaba gastos insostenibles: “La mantención del programa, con personal a honorarios y arriendo del inmueble, sobrepasa los $500.000.000 anuales”.
Un retroceso en derechos sociales
La eliminación de la Subdirección de Igualdad de Género es vista por sectores críticos como una muestra de las nuevas políticas de la derecha chilena, que apuntan a desmantelar avances en materia de igualdad de género y diversidad. Para algunos, esta decisión no responde a una verdadera necesidad presupuestaria, sino a un cambio ideológico que relega a un segundo plano los derechos de mujeres y minorías.
“Los programas de igualdad no son un lujo; son una necesidad básica para miles de vecinos y vecinas”, sostuvo Rosario Olivares, quien hizo un llamado al municipio a reconsiderar la medida y garantizar que la comunidad no quede desprotegida.
Mientras tanto, la comunidad y los exfuncionarios desvinculados esperan respuestas claras sobre cómo la administración de Mario Desbordes planea cubrir los vacíos dejados por la eliminación de estos programas. La preocupación persiste, ya que para muchos, esta decisión es sólo el comienzo de un retroceso mayor en materia de políticas sociales en la comuna de Santiago.
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