1 enero, 2025
Por: Francisca Castillo (Periodista El Mostrador)
“El rol de la presidenta va a seguir siendo de incentivo a la unidad, pero no basado en una potencial candidatura, que ella ha descartado, sino como estructura fundante de una mirada de los desafíos del progresismo y la izquierda en los próximos años”, dice el director de la Fundación de Bachelet.
Resumen
El director ejecutivo de la Fundación Horizonte Ciudadano, Eolo Díaz-Tendero, la ONG que creó por la expresidenta Michelle Bachelet al finalizar su segundo mandato presidencial, es uno de los factotum de la exgobernante, quizás desde hace 10 años, cuando era funcionario del Segundo Piso de ese gobierno y su rol era descrito como el del “guardián del legado”, ya que una de sus tareas era encargado de asegurar la continuidad de las ideas y propuestas de exjefa de Estado.
Militó por más de una década en el Partido Socialista, pero renunció en 2020 por diferencias con la conducción de la tienda. Sin embargo, los que lo conocen señalan que “no tiene agenda propia” y que no es un político, sino que es un intelectual, lo cual -sumado a su conocimiento de estudios internacionales y políticas públicas- llamó la atención de Bachelet, quien le tiene un “afecto personal”. Y desde su primer gobierno, Díaz-Tendero ha mantenido una presencia constante en su entorno.
En conversación con El Mostrador, el director ejecutivo del think tank de Michelle Bachelet explica el rol de Horizonte Ciudadano es “armar una coalición de centros de estudio que abarcara desde la Democracia Cristiana al Partido Comunista, pasando por el Frente Amplio y el Socialismo Democrático”, la mayoría de los partidos políticos que formaron bajo su segundo Gobierno la Nueva Mayoría. Eolo Díaz-Tendero explica que un eje de la Fundación es la unidad de la centroizquierda, enfocada en un trabajo político conjunto en torno a diagnósticos compartidos. Lo anterior, inevitablemente, hace pensar en una especie de programa presidencial. Pero él descarta que Bachelet vaya a ser candidata por una tercera vez.
-La expresidenta Bachelet ha señalado que busca contribuir a la unidad del progresismo. ¿De qué forma Horizonte Ciudadano contribuye como plataforma político-programática bajo la figura de la exmandataria?
-El rol de la presidenta en Horizonte Ciudadano es claro. Su mandato fue explícito: armar una coalición de centros de estudio que abarcara desde la Democracia Cristiana al Partido Comunista, pasando por el Frente Amplio y el Socialismo Democrático. Dentro del diseño, y de las más profundas convicciones de ella, está como eje la unidad del sector. Eso se refleja con una mirada concreta de lo que está pasando en Chile (…) la unidad del sector no vale en sí misma, sino también si va acompañada de tres elementos fundamentales. Uno dice relación con un diagnóstico de que hay una cierta dificultad del sector de comunicar más eficientemente los valores que siempre ha tenido: la solidaridad, la resolución de los problemas sociales desde el trabajo colectivo, el bienestar de las personas. Hay un mandato explícito de cómo leer esos nuevos códigos sobre los cuales están funcionando las nuevas realidades de la sociedad chilena.
-Ese es el primer eje…
-El segundo, es un proceso de investigación que tiene que ver con cómo se va observando y trabajando esas nuevas relaciones sociales, esa nueva subjetividad que se ha instalado en la sociedad chilena en los últimos cinco o seis años, con pandemia, estallido social y procesos constituyentes. Ahí algo pasó y estamos levantando esos códigos para ser más eficiente el trabajo político.
- ¿Y el tercer elemento?
– Es un fortalecimiento y renovación programática. En las últimas elecciones municipales surgieron dos fenómenos interesantes de leer desde la izquierda. Los dos fenómenos tienen que ver con cuáles son los énfasis sobre los cuales trabajar la renovación programática. Y es, voy a ponerlo así, Maipú y el liderazgo de Tomas Vodanović, en donde lo que prima es una gestión eficiente, que resuelve problemas, y que lo hace desde una mirada valórica. Es acercar la gestión como elemento fundamental de la eficacia de un proyecto político. También anclado en valores claros que tienen que ver con solidaridad, fraternidad, beneficios sociales y con un piso de un estado bienestar funcionando. Y el fenómeno de Puente Alto, con el liderazgo de Toledo. Y cómo ahí hay una lectura del arraigo en clases populares, sobre códigos que son nuevos y que es necesario leer. Esas son las tres líneas de trabajo de la Fundación.
- ¿Cómo proyecta los desafíos de las presidenciales y parlamentarias del 2025 para el progresismo? Eso considerando el documento, de 200 páginas, “Propuestas de acción desde la centroizquierda y el progresismo”, una propuesta programática que coordinó la Fundación para las candidaturas municipales bajo el liderazgo de Bachelet.
-Sobre el trabajo de 2024, el libro colectivo que trabajaron los (nueve) centros de estudio fue como una caja de herramientas para las elecciones municipales. Es la muestra de que este mandato se pudo hacer explícito, se pudo hacer eficiente con la coordinación de centros. Los principales valores de esa experiencia para las municipales fue que la coordinación de centros es posible. Se realizó desde la construcción de diagnósticos comunes y sobre la base de metodologías que tienden a renovar la lógica de trabajo programático.
“La presidenta Bachelet es un factor de unidad y también de confianza”
- ¿Por qué?
-Porque ese trabajo no se hizo como se hace tradicionalmente; es decir, a partir de diagnósticos globales sobre lo que está pasando en la sociedad, sino que se hizo sobre el rescate de buenas prácticas a partir de un trabajo colectivo. Es decir, el sentido no era mostrar la capacidad analítica del sector, digamos, de conocer lo que pasa en la sociedad, sino que se supone aquello y se va un paso más allá: tiene que ver con que el sector está haciendo cosas que están probadas y que han resultado en los territorios y, por lo tanto, vamos a rescatar esas buenas prácticas, proyectarlas y hacerlas escalables a otros municipios y otras prácticas institucionales.
-Por lo tanto…
-Ahí hay un primer elemento que es fundamental: la unidad. Pero una unidad basada en diagnósticos comunes y en esta nueva lógica de construir un programa. Por otra parte, está también lo que hay detrás de eso. Se rescataron prácticas institucionales, es decir, ejecución de políticas públicas o de programas que lograron dar la clave de la eficiencia que se busca y la gestión eficiente que se busca anclada en valores.
- ¿Rescatar una práctica de un lugar y ponerla en otro?
-Debo aclarar aquí que no se trataba de esto de solo traer la gestión como un elemento neutro, que era lo que en algún momento se intentó con el cosismo de Lavín. No. Aquí hay una diferencia radical y que no apunta a resolver problemas de la ciudadanía porque sí y de cualquier manera. Toda política pública, todo programa de ejecución que se hace en el territorio conlleva detrás de sí una mirada de sociedad y que se resuelve desde el trabajo colectivo, desde la solidaridad, desde el Estado. Por lo tanto, ese elemento se descubrió en ese trabajo programático de 2024. Además, se logró movilizar a los partidos políticos sobre un trabajo de unidad. Allí hubo un aporte en el 2024, donde se realizó este trabajo programático de levantamiento de buenas prácticas. Ahora, se trata de proyectarlo hacia 2025. De hecho, hay programado un encuentro de centros de estudios. Y como telón de fondo de todo esto, está, sin duda, el rol y la presencia de la expresidenta Michelle Bachelet.
“Lo que está haciendo Bachelet es poner ese capital político al servicio de la unidad del sector”
-Si bien ella ha expresado que no será candidata presidencial, su presencia para coordinar la centroizquierda en el próximo periodo electoral será importante…
-Todo esto que se ha realizado es porque los sectores involucrados en las actividades, los Centros de Estudios y la referencia política de éstos- tienen que ver con que el reconocimiento de la presidenta Bachelet es un factor de unidad y también de confianza. Todas estas convocatorias han sido posibles porque detrás está la figura de la presidenta. En esta sabiduría, a partir de haber sido dos veces Presidenta de la República, de saber lo que se requiere para hacer un buen proceso de gestión y por lo tanto tiene una mirada sobre, voy a decirlo, ya instalada, y con experiencia de cómo se pueden hacer bien las cosas. Y porque se entiende que, voy a ponerlo desde este modo, la presidenta logra unir desde la confianza a sectores de la Democracia Cristiana al Frente Amplio. Ese rol, ese rol específico, no lo cumple nadie más que la presidenta Bachelet hoy día. Lo que está haciendo ella es poner esa condición, es poner ese capital político al servicio de la unidad del sector y de los requerimientos de construcción programática y de renovación de las acciones políticas del sector.
- ¿Cómo ve la importancia del liderazgo de Michelle Bachelet en ese contexto, y con el respaldo de la fundación como plataforma político-programática?
-El rol de la presidenta va a seguir siendo de incentivo a la unidad, pero no basado en una potencial candidatura, que ella ya ha descartado, sino como la estructura fundante de una mirada de los desafíos del progresismo de la izquierda en los próximos años. Es decir, es un saber hacer que se proyecta en términos de las claves de futuro que requiere el país y anclado en una obsesión de la presidenta, que es cómo esa acción de la política termina cambiando para bien la vía cotidiana de las personas. Ese es el principal elemento de proyección que tiene el liderazgo de la presidenta Bachelet. “Ella lo ha dicho también, debemos eficientar la comunicación, porque nuestro sector le habla a la razón, por decirlo de algún modo, que es necesario, pero también hay que hablar al corazón. La presidenta conjuga esa convicción de la unidad con la capacidad de comunicar eficientemente en los nuevos códigos que quiere la sociedad, que están anclados en las emociones, en la posibilidad de que esas emociones se transformen en una forma de acción político. Eso es lo que representa la presidenta como liderazgo para el periodo que viene”.
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