Danilo Aravena Ross – Sociólogo - Ex Vicepresidente FEUT - Ex miembro del CC de la JS - Ex Presidente del PSCh en España - Marzo de 2025 - Politika.cl
Estás líneas fueron escritas porque diversas instancias políticas y sociales han organizado en Chile, este mes de marzo, actos de recuerdo y homenaje a nuestro querido y siempre presente compañero, camarada amigo y hermano Ariel Mancilla Ramírez.
En este mensaje hacemos breves recuerdos del tiempo en que junto a mi familia tuvimos el honor de compartir y conocerle tanto en las actividades políticas como en relaciones de amistad.
Corrían los últimos años de la década de 1960 y hacía poco que un grupo de jóvenes socialistas habíamos levantado una fuerte Brigada Universitaria en la entonces Universidad Técnica del Estado.
Al principio la brigada estaba formada principalmente por estudiantes del Instituto Pedagógico Técnico. A Susana Sánchez y Hector Torres nos habíamos sumado Ulises Pérez, Betsabé Padin, María Eugenia Vasquez, Aquiles Torres y Elsy Venegas a quienes un tiempo más tarde se agregarían Juan Gutiérrez, Gustavo Ruz y otros compañeras y compañeros.
Así fue como en 1968 se matriculó, en la Escuela de Construcción Civil, un importante número de jóvenes que compartían el ideario socialista y que en su mayoría eran de provincias como era el caso de Luis Casado, Eric Asenjo, Luis Navarrete, Erica Osorio, Octavio Díaz, José Quintana y un joven viñamarino moreno, más bien bajo, de fuerte carácter y férreo sentido de la disciplina.
Ese joven era Ariel Mancilla.
Desde el primer momento su sentido de la responsabilidad, su cada día creciente compromiso con los postulados y principios que por entonces caracterizaban al socialismo chileno, hicieron que las relaciones se fueran estrechando mientras compartíamos el quehacer político.
En 1971 se celebró la XX Conferencia Nacional de la Juventud Socialista y en ella fueron elegidos como miembros del Comité Central varios compañeros de la UTE. Algunos fuimos reelectos y otros, como Ariel, se incorporaron debido a la incansable labor desarrollada en la universidad y más allá de ella. Ariel era conocido y valorado por la militancia juvenil.
Cuanto trabajo, esfuerzos y movilizaciones vividas durante el Gobierno Popular en las que la JS tuvo un destacado desempeño estando al frente de todo aquello compañeros como Carlos Lorca Ricardo Lagos Salinas, Joel Huayquiñir, Cesar Cerda, Ariel Mancilla y la casi totalidad de quienes formamos parte de ese Comité Central de la JS.
Luego llegó ese trágico y tenebroso septiembre de 1973: el trabajo realizado, los esfuerzos y sueños de millares de jóvenes, trabajadores y mujeres fue interrumpido violentamente con las armas de militares traidores y los dineros del gran capital chileno y foráneo, especialmente de los Estados Unidos.
Entonces la Juventud Socialista respondió como correspondía a una organización inspirada en los principios del Partido y de quien dio un ejemplo de consecuencia y valor: el Compañero Presidente Salvador Allende.
Así, una vez más dieron un paso adelante Carlos, Ricardo, Joel, Ariel y otros compañeros y compañeras, sabiendo lo que se jugaban, los enormes riesgos que corrían, las graves consecuencias que podía tener su compromiso para con sus padres, madres, compañeras e hijos.
Prueba de ese compromiso y de esa consecuencia política son algunos de los párrafos de la carta que Ariel escribió a sus padres el 14 de junio de 1974:
"Siempre supe que tendría que escribir esta carta y trate de alargar al máximo el momento en que debería hacerlo. De todas formas ya llegó, era algo previsible y que estaba en mis cálculos aunque en la realidad se presenta una situación nueva que me causa mucho dolor.
Ustedes siempre supieron que en el transcurso de mi vida, distintos hechos fueron marcando mi futuro. A medida que mis años fueron pasando me fue posible ordenar mis ideas, ver cosas claras en donde había oscuridad, descubrir cosas nuevas en las antiguas, es decir, me fue posible madurar.
Nunca pensé que fuera fácil y no lo fue. En muchos momentos fue preciso realizar una de las funciones más difíciles para un ser humano decidir ante alternativas, ante posibilidades distintas y muchas veces opuestas. De las decisiones tomadas de las definiciones surgidas, fue formándose un modo de vida, un conjunto de ideas, un cierto horizonte pleno de esperanzas y posibilidades, una ideología que fue desde ese momento la rectora de mis actos, de mi vida. ¿Cuándo fue lo decisivo? ¿En qué momento elegí un camino definitivo? Aún no estoy seguro, ni siquiera estoy cierto de que eso sea lo importante. Sucedió y eso es definitivo.
Los años que pasaron desde el momento en que me sentí solidario con las grandes masas de trabajadores hasta que comprendí que no bastaba ello para cambiar la situación de explotación de miles de millones de seres humanos, fueron ciertos y vitales. De allí en adelante todo fue simplemente un rasgo de mi carácter.
Luché por lo que creí justo. Hasta hoy he seguido en esa actitud. Y ciertamente será ese mi derrotero futuro."
Luego habiendo sido detenida su esposa, la gran compañera Ema Fuenzalida, Ariel decía :
"Hoy mi esposa está en alguno de los lugares de detención que la Junta tiene. Lo normal es que no aparezca en alguna lista de detenidas, ni en Investigaciones ni en una cárcel. Generalmente desaparecen durante largos tiempos de torturas y posteriormente aparecen en campos de concentración"
En su escrito Ariel expresa su preocupación por su hija Mariana que en esos momentos era sólo una bebé y que seguramente estará presente en los actos de homenaje a su padre.
Termina nuestro querido compañero Ariel Mancilla diciéndole a sus padres:
"Seguiré tratando de escribirles, de verlos. Si ello fuera imposible, si mis días de libertad o vida acabarán luego, que no sea la pena de perderme mayor que el orgullo de saberme consecuente con mi pueblo, con mis convicciones. Piensen siempre en mí y véanme cada vez que un pueblo se libera, cada vez que los trabajadores luchen, cada vez que se acerque más el socialismo."
La carta termina enviando un abrazo a sus padres y hermanas.
Meses después Ariel Mancilla pasaría a estar en la larga lista de luchadores caídos por creer que el auténtico socialismo es posible y han entregado sus vidas creyendo en un futuro más justo para con los trabajadores.
Viejos ya los que fuimos sus compañeros y amigos, sólo pedimos que al igual que nosotros, quienes asistan a alguno de los actos de homenaje no olviden a Ariel, así como quienes lean este y otros artículos que rinden homenaje a un joven excepcional y a los otros compañeros de la Primera Dirección Clandestina, tengan presente sus heroicos ejemplos.