By Walter Garib 7 abril, 2025 - El Clarín Chile
Después de haber sido zarandeado Herr von K, por sus opiniones en contra de las mujeres, y su manifiesta xenofobia, emerge desde las tinieblas. Pasado escabroso, que lo convirtió en indeseable. Atrás, quedaron sus dichos despectivos sobre los inmigrantes, las mujeres, los patipelados y los vendedores ambulantes. Ni hablar de quienes ejercer la mendicidad y se alimentan de restos de comida, arrojadas a los contenedores de la basura. Herr Von K, remozado, como niñito travieso, algo burlón y con airecillo de santidad, se perfila ahora, como un serio candidato a ser presidente de Chile.
Se ubica en el cuarto lugar; meritorio, si se piensa que los postulantes a la presidencia, llegan a varias docenas. Una suerte de ofertas, como las liquidaciones del comercio, por fin de temporada. Así dicen las encuestas, no yo. Sus asesores le recomiendan tener el cuello de jirafa. Nada de verborrea si se habla en público. Es decir, cuando la palabra llega a la boca, debe haber sido muy bien pensada y masticada, hasta convertirla en albóndiga. Sin dejar aristas visibles, que sus enemigos utilizan para zaherirlo. Quienes hablaban mal de él y despotricaban por sus estrafalarias opiniones, reconocen que don K es otro. Ahora, lo encuentran seductor. Se ríe utilizando el humor chocarrero del pueblo sencillo y da la mano a cualquiera.
Al cambiar de vestimenta, donde ha dejado de utilizar los típicos faldones de monaguillo y estola al cuello, le significó un ascenso prodigioso en las preferencias de la grey. Su soberbio pasado, para olvidar, se ha diluido. Es hora de asumir ese airecillo de bondad, que debe tener todo aspirante a la presidencia. Su aspecto es ganoso, donde irradia la misericordia de profesor primario. O quien nos cogía la mano para enseñarnos a escribir. A recitar a Gabriela Mistral. ¿Cómo no recordar ahora, a nuestras profesoras de la escuela primaria? El ascenso vertiginoso de Herr K, mantiene anonadado a sus adversarios políticos. Expresan sospechas del cambio en los resultados de la encuesta y suponen que se trata de una estrategia electoral.
Otros, creen en su franqueza. Lo que fuere verdad o mentira, se ha convertido en conversaciones diarias en quienes viven revisando estadísticas, aunque muchas de ellas, son financiadas por instituciones que desean ver ascender a sus postulantes. Verdad o no, Herr K, ha creado una atmosfera de incertidumbre entre las candidaturas adversarias. Algo de pánico. Quienes lo apoyan, lo ven competitivo, novedoso y les seduce su idea de bajar los impuestos. Urge estimular la inversión extranjera, entonces el equipo “SCRUM” ideará las bases de esta propuesta, copiada de la Escuela de Austria. ¿Pariente acaso de la escuela de Chicago? Quizá de Pichilemu. En relación a su idea en el campo de la cultura, no se observa claridad, lo cual se puede convertir en un atractivo. Lo que se entiende por cultura, a través de la historia, es un eterno quebradero de cabeza. Sobre esta materia, las definiciones abundan y ninguna satisface. En cuanto a nuestro origen, los asesores de Herr K, postulan que es divino, lo cual pone en duda, lo que dijo el talentoso escritor chileno, Gregorio Angelcos. “El hombre creó a Dios a su imagen y semejanza”.
En medio de este guirigay, Herr K, bien puede subir en las encuestas, si pililos y borregos lo apoyan, convencidos de la originalidad de sus promesas. Hay quienes piensan que son los encargados de definir las elecciones. Aún hay un tortuoso camino por recorrer. Ya el otoño muestra su rostro de nostalgia y nos invita a meditar.
Walter Garib
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