¿Y SI FUESE VERDAD?
Por Walter Garib   El Clarín. 21 abril, 2025    

Cuando las encrucijadas del destino agobian y hacen dudar de la realidad, es legítimo pensar que, a la oligarquía, no le conviene gobernar. En realidad, ella gobierna en las sombras, sin meter ruido. Beata del silencio de los cementerios, donde concurren sus enemigos a llorar. Desde siempre y por sécula seculórum. Nada de ilusiones, queridos feligreses, amantes de la verdad. Durante la tiranía de Augusto Pinochet, se dio mañas para apropiarse de las riquezas del país. Saqueo desvergonzado a cuatro carrillos. En 15 años de dictadura, aunque algunos historiadores la extienden a 25 y más, despojaron a Chile hasta de sus pilchas. Que en estos actuales tiempos haya elecciones, no mejora en nada la imagen de país sometido. Los hidalgos no roban, pues sería robarse, asimismo. Como todo es de ellos, incluidas las lluvias y la puesta de sol, utilizan las bondades de las leyes en esta silenciosa labor de zapa.

Ahora, en tiempo de elecciones, se le ve muy ganosa, mientras irradian simpatía. En tanto, despliega a su séquito de ordenanzas y bedeles, en su mayoría, cumpliendo labores en el parlamento. Cada cual al frente de su trabajo. No es lo mismo un senador, acaso un diputado, que un cagatintas dedicado a escribir elogios en la prensa. Tienen precios distintos. También hay en este grupo, señoras encopetadas, cursi, y angelitos cuyos apellidos, vienen de la Europa imperial. Beatos de misa diaria, entienden el sentido de la lealtad, por ser hijo hidalgo. Abanico de posibilidades con el objeto de entretener a la plebe, amante del circo y la atosigante farándula. Ofrecerle al pueblo llano alternativas culinarias, aunque sea una vez a la semana, donde habrá cazuela aguachenta con pescuezos de pollo, media papa y un trozo de zapallo. ¿O acaso usted no sabe que en la guerra hay menos que comer? Como buen chileno, sepa vivir la austeridad del creyente. La gula o el dispendio está diseñado para otras personas, dedicadas a servir a la patria.

Mientras la mayoría de los chilenos tiene alcancías de greda de Quinchamalí, que representan un chanchito, donde guarda las chauchas, la oligarquía mantiene sus ahorros en lingotes de oro. Los oculta en las bóvedas de los bancos suizos. Entonces, gobernar la pobreza a nadie atañe. Produce quebrantos, dolores de cabeza y desprestigio en la mayoría de los casos. La idea es aparentar interés por los problemas acuciantes del país, los cuales deben mantenerse activos. Dar la sensación de ingobernabilidad, caos, mientras continúa la cueca, el zapateo en las fiestas clandestinas. Las próximas elecciones presidenciales y las otras, continuarán siendo lo mismo, cuyo guion se escribió durante la tiranía.

De súbito como si fuese la declaración de una pesadilla, doña Matthei, “de cuyo nombre no me gusta recordar”, irrumpe ahora con una declaración perversa: “No había otra alternativa que el golpe militar”. Es decir, cerrarse a cualquiera otra opción. Bien sabe ella que los militares traidores se conjuraron para destituir al gobierno popular de Salvador Allende, con el apoyo de la oligarquía y el gobierno de Nixon, presidente de USA. Hasta ese país en romería viajaban Agustín Edwards de El Mercurio y otros traidores a solicitar ayuda. Lo sabían hasta las chicuelas que jugaban a las muñecas y con avioncitos en miniatura.

¿Y dónde apunta la estrategia de esta declaración? Por ahora, nada se sabe, aunque jamás se sepa. Algo se sospecha en este país, donde sobran los brujos y los candidatos a la presidencia. En tanto, la oligarquía se mantiene cautivada por el panorama electoral. Festeja.

Walter Garib   LAS OPINIONES VERTIDAS EN ESTE ARTICULO, SON DE EXCLUSIVA RESPONSABILIDAD DEL AUTOR.