Por : Germán Silva Cuadra Psicólogo, académico y consultor – El Mostrador – 05-05-2025
Durante estos dos meses, la derecha deberá hacer un doble esfuerzo, ya que las primarias y sus cuatro candidatos capturarán una parte importante de la agenda política y la atención de los medios y RRSS.
El 30 de abril se cerró el primer capítulo de la carrera presidencial 2025 y estuvo dentro de lo esperable. El oficialismo inscribió a cuatro representantes de las distintas sensibilidades internas, después que 48 horas antes el PS desistiera –a regañadientes– de la candidatura de Paulina Vodanovic en favor de Carolina Tohá. Así, el Socialismo Democrático competirá con la exministra del Interior, el PC con Jeannette Jara, el Frente Amplio llevará a Gonzalo Winter y Jaime Mulet representará a los Regionalistas Verdes.
El primer sondeo –publicado el viernes pasado, de la UDD– evidenció que Tohá parte con ventaja (39%), seguida por Winter (30%) y Jara (27%). Mucho más atrás está Mulet, con 5%. Independientemente del resultado, ¿por qué es importante esta encuesta? Principalmente porque deja claro que la agenda política-pública de los próximos dos meses estará centrada en esta primera elección que se llevará a cabo el 29 de junio. Franja televisiva, debates, entrevistas, reportajes, etc. Primer punto ganado para el oficialismo, primer punto perdido para la oposición y, en particular, para Chile Vamos.
La oposición, por su parte, no logró acuerdo para integrar en un solo proceso a la coalición de la UDI, RN y Evópoli con la dupla Ka-Ka. Pese a los llamados constantes e incluso desesperados de Matthei, ni Kaiser ni Kast se dieron por aludidos. Es más, los representantes de la derecha extrema señalaron que jamás recibieron una invitación oficial por parte de la Chile Vamos, algo que en la centroderecha afirman que sí ocurrió. Por supuesto, uno no dice la verdad.
Y aunque la dupla Ka-Ka logró un acuerdo en materia de lista parlamentaria, no incluyó un pacto para resolver la presidencial. Si hasta hace unos meses a Kaiser le convenía una primaria interna, en las últimas semanas esto –según las encuestas– se revirtió a favor de Kast. De manera salomónica, los dos candidatos de ascendencia germana optaron por mantenerse en carrera, aunque la lógica indica que, si uno de ellos se baja en favor del otro, la opción de derrotar a Matthei y pasar a segunda vuelta junto a quien triunfe en el oficialismo es alta.
Pero si hasta hace diez días el problema para Evelyn eran los Ka-Ka, ahora debe incluir a Franco Parisi –que, como analizamos la semana pasada, entró a la competencia con un discurso muy parecido al de Kaiser y Kast–, a los que se sumó, también la semana anterior, Francesca Muñoz del Partido Social Cristiano, después que esta pequeña colectividad confesional desechara la opción de Rojo Edwards y llevara al senador a renunciar al partido. Además, Ximena Rincón –luego de su frustrado intento de participar en las primarias de la derecha– afirmó que estaba juntando las firmas e iría igual de candidata presidencial.
De esta forma, la derecha podría llevar seis candidatos a primera vuelta: Matthei, la dupla Ka-Ka, Muñoz, Parisi y Rincón. Y aunque no es descartable que Muñoz y Kaiser –o Kast– se bajen para respaldar a un solo representante de la extrema derecha, también puede ocurrir que un par de candidatos independientes del sector se sumen a la carrera, dejando a la derecha con siete u ocho candidatos en la primera vuelta. Al menos, Pedro Pool –que se autocalifica a la derecha de Kaiser y Kast– está juntando firmas. Y, claro, entre los otros 300 inscritos sin partido debe haber varios de perfil similar.
Y pese a que en el oficialismo sonríen por el acuerdo logrado de la semana pasada, quedaron dos cabos sueltos que pueden convertirse en un dolor de cabeza. En primer lugar, la indefinición de la Democracia Cristiana –o de Undurraga, para ser más específico–, que dejó a la falange fuera de las primarias, pero además al borde del precipicio. Más dramático aún, la DC perdió pan y pedazo, considerando que el Tribunal Supremo del partido ratificó que Undurraga no puede ser candidato. ¿Serán los partidos oficialistas capaces de darle un espacio a la falange?
El segundo elemento que dejó muchas dudas en el oficialismo, por el efecto búmeran que puede tener, es la exclusión de ME-O en las primarias. El ex-PRO estaba haciendo una intensa campaña en redes sociales, dando a entender su interés por integrar el proceso e, incluso, señalando que tenía un acuerdo con el PR para ser su carta el 29 de junio. Este portazo del oficialismo podría significar que Enríquez-Ominami levante su quinta candidatura presidencial. Hoy marca 3 o 4 puntos en las encuestas, suficientes para hacer una diferencia en una elección muy competitiva.
Durante estos dos meses, la derecha deberá hacer un doble esfuerzo, ya que las primarias y sus cuatro candidatos capturarán una parte importante de la agenda política y la atención de los medios y RRSS. Lo mismo es válido para Harold Mayne-Nicholls, el candidato independiente de centro que avanza rápidamente en la recolección de firmas y comienza a ganar espacios en la agenda.
Lo que sí es un hecho es que esta elección presidencial será una de las más competitivas y atractivas de las últimas décadas. Podríamos llegar a tener unos diez o doce candidatos en la primera vuelta –imaginen qué entretenidos los debates–, representando todo tipo de sensibilidades, incluidos algunos de los 300 independientes inscritos. Y, por supuesto, más de la mitad de los candidatos podrían ser de derecha, repitiendo la conducta autodestructiva que ha llevado otras veces al sector a la derrota, pese a tener la mejor de las opciones para el triunfo, como hasta hace unos meses.
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