Por Simon Del Valle
El Clarín Chile. 22 noviembre, 2025
La segunda vuelta presidencial entró en una fase decisiva, pero los caminos de ambos candidatos parecen avanzar en sentidos opuestos. Mientras José Antonio Kast evita participar en varios de los debates televisivos programados para esta semana, Jeannette Jara ha optado por reforzar su despliegue público y rearmar su estructura política. Su nuevo comando 2.0 —liderado por Paulina Vodanovic y con Francisco Vidal como uno de sus principales voceros— apunta a recuperar terreno, ordenar el mensaje y confrontar sin rodeos al abanderado republicano.
La decisión de Kast de restarse del debate organizado por Mega, Diario Financiero y La Radio —previsto para este domingo— abrió un nuevo flanco para su campaña. Para Jara, fue la confirmación de un patrón. “Si el candidato está tan seguro de sus ideas, debería ser capaz de defenderlas públicamente”, dijo este jueves, acusándolo de carecer del coraje mínimo para someterse al escrutinio ciudadano. Según la candidata del oficialismo y la DC, el republicano “sigue sin transparentar sus propuestas” y prefiere evitar los espacios donde podría ser interpelado.
Desde Arica, Kast intentó justificar su ausencia afirmando que “su trabajo está en terreno”, recorriendo calles y dialogando directamente con la gente. No tardó, sin embargo, en devolver el golpe: recordó que durante la primera vuelta —según él— Jara también se habría restado de ciertos debates en los que “sabía que no podía salir favorecida”. La réplica no calmó las tensiones. Al contrario, reavivó el cuestionamiento sobre su disposición real a debatir.
Un comando político más robusto
La candidata respondió desde un punto de prensa en el Hotel Fundador, en Santiago, donde reforzó sus críticas: “José Antonio Kast es un riesgo para el país”, afirmó, insistiendo en que su contendor está rehuyendo el debate público en el momento donde la ciudadanía más necesita claridad.
En contraste con la estrategia evasiva de Kast, Jara está apostando todo a mostrar organización, coherencia y presencia. Su comando 2.0, presentado esta semana, marca un giro estratégico. Paulina Vodanovic asumió como jefa de campaña, mientras Francisco Vidal —conocido por su agudeza, rapidez comunicacional y experiencia política— tomó un rol central como vocero. Es una dupla que mezcla disciplina partidaria y capacidad comunicacional comprobada, una señal de que la campaña oficialista se arma para dar pelea en todos los frentes.
Vidal, que conoce el terreno mediático mejor que casi cualquier político chileno, aparece como la figura clave de esta nueva etapa: un contrapeso directo al discurso republicano y un articulador capaz de ordenar mensajes y enfrentar polémicas con eficacia. Su presencia responde a una lectura nítida del momento político: Jara necesita voz, visibilidad y contundencia, y Vidal está acostumbrado a jugar ofensivo.
Debates y despliegue territorial: el contraste se agudiza
Mientras Jara ha confirmado su participación en todos los debates planificados —incluso aquellos en los que Kast no estará—, el republicano restringirá su presencia únicamente a los organizados por Anatel y Archi, evitando el resto. Jara, en cambio, pidió públicamente a los medios que mantengan los encuentros: “Estoy dispuesta a debatir independientemente de si Kast asiste o no”.
La discusión llegó incluso al espacio del excandidato Franco Parisi, “Bad Boys”, donde su equipo declaró que ambos candidatos deben presentarse, y que, si uno no va, el otro tampoco debería hacerlo porque sería “injusto”. Con ello, Parisi pasó a convertirse en un actor inesperado que presiona a ambos lados y mantiene un rol incierto pero influyente en la segunda vuelta.
Un momento político decisivo
La diferencia de estrategias no es menor. Kast está apostando por una campaña cerrada, controlada y sin riesgos comunicacionales. Su decisión puede protegerlo de errores, pero también proyecta una imagen de candidato desconectado de la deliberación democrática.
Jara, por el contrario, se expone, refuerza su equipo y vuelve a insistir en que la ciudadanía merece respuestas claras. Su comando 2.0 busca justamente eso: intensificar la presencia pública, ampliar vocerías y recuperar sintonía con un electorado que todavía está decidiendo su voto.
A menos de tres semanas de la elección, la disputa se ha convertido también en un pulso sobre quién está dispuesto a dar la cara. Y en ese terreno, la candidata oficialista sabe que, si Kast sigue ausente de los debates, la campaña republicana podría estar entregando un flanco que será difícil de cerrar.
Simón del Valle
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