EDITORIAL:26 DE AGOSTO 2025
Restando poco más de 2 meses para las elecciones presidenciales chilenas, el tablero político sigue moviéndose aceleradamente. Cada uno de los respectivos comandos posiciona cuidadosamente sus piezas con el propósito de lograr que su candidato/candidata sea capaz de atraer, seducir y convencer a la ciudadanía que su propuesta de gobierno, es lo que Chile necesita con urgencia. Eso implica ser reconocido y validado por el electorado como un/una líder política bajo cuyo mandato se abordaran las urgentes necesidades de la ciudadanía, en materia de Seguridad, Salud, Vivienda, Educación, Crecimiento Económico y Migración, por mencionar solo algunas de las más candentes.
Cual carrera de larga distancia, ya están en la pista y debidamente acreditados (as) ante el Servicio Electoral (SERVEL), los ocho candidatos presidenciales que esperan llegar al Palacio de la Moneda para reemplazar al actual Presidente Gabriel Boric.
Si bien hay ocho candidatos representando a un amplio espectro político, con su singular perfil humano, propuesta de gobierno e historia política, los verdaderamente presidenciables son solo dos. Al menos así lo señalan la mayoría de las encuestas.
Según dichas mediciones la disputa presidencial en segunda vuelta seria entre Jeannette Jara y Miguel Kast
Dada la trascendencia de esta elección, donde la ciudadanía deberá elegir entre 2 modelos de sociedad y su impacto en la vida presente y futura de los chilenos y chilenas, es imprescindible preguntarse quienes son, que rol han jugado en la política chilena, cuáles son sus propuestas de gobierno y a qué mundo de intereses representa cada uno de ellos.
Desde el oficialismo y representando a la Coalición progresista se encuentra Jeannette Jara, quien en unas elecciones primarias con más convocatoria que lo esperado, venció de manera inapelable al resto de los candidatos del sector oficialista.
Una breve reseña del perfil humano y político de la candidata da cuenta que en una persona cálida, resiliente y empática, quien gracias a su esfuerzo fue superando los obstáculos propios de su condición de hija de una familia de trabajadores, hasta acceder a la Educación Superior y obtener sendos títulos como Licenciada en Administración Pública (Usach, 1997), Abogada (Universidad Central, 2014) y Magíster en Gerencia y Políticas Públicas (Usach, 2022).
En el ámbito político la candidata progresista destaca por sus férreas convicciones; militante de la Juventudes Comunistas desde los 14 años, destaco por su capacidad de liderazgo, ocupando diversos cargos en la organizaciones estudiantiles hasta alcanzar la Presidencia de la Federación de Estudiantes de la USACH; rol que la convertirse en un referente estudiantil.
En lo profesional ocupo el cargo de Fiscalizadora y Dirigente Sindical en el SII, fue Subsecretaria de Previsión Social y ejerció Docencia Universitaria.
Durante el Gobierno del Presidente Boric fue Ministro del trabajo; cargo desde donde - gracias a su innegable capacidad para construir acuerdos políticos en bien de las mayorías ciudadanas – se convirtió en artífice de importantes reformas, en materias tales como la reducción de la jornada laboral a 40 horas, la reforma previsional, el aumento del salario mínimo y la puesta en marcha de la llamada Ley Karin.
Esa es nuestra candidata. De trayectoria impecable y fácilmente verificable, Jeannette Jara es una mujer sensible e inteligente que como ciento de miles de chilenas, logro sacar adelante su Proyecto de Vida gracias a su capacidad de trabajo y a sus numerosas potencialidades. Hija de un trabajador y de una Dueña de casa, opto por el servicio público y por su anhelo de lograr mejores condiciones de vida para quienes como ella, luchan contra las adversidades propio de un país profundamente desigual como el nuestro. Política dialogante y de consensos, se encuentra ante la posibilidad cierta de alcanzar la primera magistratura
Al otro lado de la vereda se encuentra José Antonio Kast, Abogado de la Universidad Católica, miembro de la UDI durante muchos años y un genuino representante del pinochetismo duro.
En un intento por no teñir con nuestra mirada el perfil del candidato de la extrema derecha chilena, hemos preferido consultar con fuentes externas, hoy por hoy muy usados en distintas ámbitos.
Para la IA (Inteligencia Artificial) José Antonio Kast es un político chileno de derecha radical, abogado de profesión, nacido en 1966 en Santiago. Es hijo de inmigrantes alemanes y fue militante de la Unión Demócrata Independiente (UDI), partido ligado al pinochetismo, del cual se desafilió en 2016 para fundar el Partido Republicano. Ha sido diputado (2002-2018) y dos veces candidato presidencial (2017 y 2021), llegando a segunda vuelta en 2021, donde fue derrotado por Gabriel Boric.
Se le identifica como un referente del conservadurismo duro en Chile, con posturas cercanas al nacionalismo, el populismo de derecha y la reivindicación del régimen militar de Augusto Pinochet.
Ha expresado afinidad con líderes internacionales como Jair Bolsonaro (Brasil) y Vox (España).
Posturas principales
Seguridad y orden público: propone endurecer leyes, fortalecer el rol de las Fuerzas Armadas y limitar libertades en estados de excepción.
Economía: visión neoliberal clásica, con fuerte reducción del Estado y desregulación de mercados.
Sociedad: rechazo al aborto en cualquier circunstancia, oposición al matrimonio igualitario y políticas de género, fuerte control migratorio.
Memoria histórica: relativiza las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura y ha defendido la “obra económica” del régimen de Pinochet.
La misma fuente consultada es clara en señalar los riesgos que significaría para la democracia chilena, su llegada a la presidencia en materias relevantes para la convivencia nacional.
Para la IA su gobierno significaría:
Retroceso en Derechos Humanos
La negación o minimización de los crímenes de la dictadura podría debilitar la política de memoria, verdad y justicia.
Riesgo de impunidad o retrocesos en la defensa de víctimas.
Concentración de poder y debilitamiento institucional
Su discurso propone fortalecer el Ejecutivo y dar más atribuciones a las Fuerzas Armadas y Carabineros, lo que podría tensionar el equilibrio democrático y abrir la puerta a prácticas autoritarias.
Restricción de derechos civiles y sociales
Oposición a derechos de las minorías (mujeres, diversidad sexual, migrantes) puede traducirse en políticas regresivas y discriminatorias.
Polarización social.
Su estilo confrontacional y el uso de un discurso anti-“élite progresista” o anti-“izquierda” puede profundizar la fragmentación y el clima de hostilidad política.
Riesgo de erosión democrática gradual
Aunque no representaría un quiebre inmediato como un golpe de Estado, su eventual gobierno podría avanzar hacia un “liberalismo” (al estilo de Hungría o Polonia): se mantienen las elecciones, pero con debilitamiento de contrapesos, menor independencia judicial y retroceso en libertades civiles.
Al entregar este breve recuento de las consecuencias que tendría para la democracia chilena, un eventual gobierno de José A. Kast hemos evitado impregnar el análisis desde nuestro prisma político; ello con la finalidad de entregar una opinión menos sesgada del presidenciable de la ultraderecha chilena y las consecuencias de sus propuestas de gobierno, para la sociedad chilena
CORPORACIONSOLIDARIA UTE-USACH
