Basilio Torres – Egresado de la UTE - 31 julio, 2023. Nuevo Poder.cl
El tradicional “ventajismo político” da cuenta de la habitual incapacidad de quienes lo practican para entender su misión en la sociedad junto con la necesidad de anticiparse a los grandes problemas nacionales que se dejan de atender al concentrarse individual o grupalmente en temas pasados y sobre los cuales no hay ya nada que hacer. Como se sabe, no se puede decidir sobre el pasado, sino sólo sobre el presente y futuro.
Conseguir tiempo para ser parte de las soluciones, siempre obligatoriamente anticipadas, en la educación, salud, vivienda u obras públicas no es fácil si los ventajistas se mantienen ocupados del pasado y respecto de tópicos sobre los cuales ya no hay nada que hacer. Es mejor, pues, ocupase: el problema de las fundaciones s
upera los $ 13 mil millones y anticipa, muy probablemente, uno mayor, ya que además del referido a “Democracia Viva” se ha develado otro severo problema en el municipio de Vitacura, uno de los más ricos del país.
El problema actual, además de ético, es la amenaza que se cierne sobre su integridad como país, sobre su seguridad interna. La ciudadanía se pregunta ¿Quién nos devolverá nuestra calidad de vida, hoy destruida por la delincuencia? Sin embargo, no se observa ocupación anticipada alguna por lo que puede preverse.
El “ventajismo” que explica ese abandono de las obligaciones políticas por parte de los actores incumbentes tiene una conducta histórica similar, ayer y hoy, sin importar la cualidad del tiempo en el que aquellos desarrollan sus estrategias. Para éstos, su quehacer está gobernado por el afán y lucha por mayor poder, de cualquier forma. Poco importa si su comportamiento se expresa en tiempos de altísimo, alto o bajo riesgo país. No les ha importado, ni les importa la presencia en el país de quienes vinieron a matar, robar y, finalmente, a destruir la seguridad interna. Los ventajistas de ayer y hoy buscan producir mayor valor agregado propio, no social.
Los riesgos país se deben asumir y enfrentar con todo el poder del Estado. Por ello, para encarar la grave crisis que estamos viviendo, hay que hacer un levantamiento del Mapa total de riesgos del país y mantenerlos permanentemente actualizados. Ello permitirá diseñar estrategias anticipadas de salida.
Por cierto, entre los riesgos sugeridos está el que ya indicáramos en una opinión anterior sobre el fenómeno del Niño, en donde anticipábamos los cuidados que se debían adoptar frente a la probable repetición del mismo, agregando las amenazas sobre la destrucción de bienes públicos y privados y protección de los recursos financieros públicos.
Una zona del mapa de riesgos, asociados a lo que ha estado difundiéndose, debería identificar, por ejemplo:
- Una potencial zona roja delictual en las comunas.
- Potenciales trabajos inexistentes, por empresas y fundaciones, pagados y sin boletas de garantía.
- Potenciales desfalcos en municipios del país
- Inseguridades, generadas por el trabajo de guardias de seguridad, en diversos puntos del país
- Estafas desde celulares de la cárcel y por reos rematados
Tras levantar el mapa, corresponde diseñar soluciones para los riesgos identificados. Por ejemplo.
1.- Los reos siguen llamando porque mantienen los derechos de comunicación de personas en libertad. Se requiere, pues, una ley para terminar con esa amenaza.
2.- La fundación Democracia Viva y el alcalde de Vitacura, en la última parte de su periodo, tomaron recursos porque el Parlamento no escuchó al Contralor cuando fue a requerirles que cambiaran la toma de razón de los fondos por un sistema de control de gestión en línea y tiempo real. Esperemos que, si se presenta el uso de la inteligencia artificial para gestionar el Estado, la iniciativa sea aprobada, anticipándose así a problemas futuros.
3.-Formación de guardias de seguridad por parte del Cuerpo de Carabineros y evaluar un tipo de dependencia y control. Los actuales guardias de seguridad, junto con los servicios de seguridad municipales, podrían conformar un solo cuerpo de seguridad con tres niveles de acción, lo que aumentaría significativamente el personal destinado a la seguridad de la población, asumiendo Carabineros la formación y dirección operativa de estos otros dos servicios destinados a trabajar en territorios acotados. Ello cambiaría el control administrativo actual por un control operativo y en terreno. La mayor inversión y los mayores gastos ya están financiados y con seguridad el diferencial del gasto es acotado.
El análisis de riesgos y sus eventuales soluciones posibilita resguardar y mejorar la misión sustantiva de los políticos, cual es dirigir y proteger la nación que, en democracia, es la casa de todos. Para tal propósito, empero, deben ocuparse anticipadamente de los riesgos de lo que administran, tanto desde el gobierno, como del parlamento, sin esperar que todo vuelva a fallar para conseguir las “ventajas políticas” que de dicho desorden se alcancen, mientras otros miles de millones de pesos se pierden. (Red NP)
Basilio Torres - Profesor de Política y Estrategia Financiera