ACERCA DE LA LISTA DEL PUEBLO

Por Glenn Meza -  19-08-2021 – Ex Dirigente de la Universidad Técnica del Estado - UTE 73

Es una pena, su impronta para llegar a la Convención Constitucional nos entusiasmó a muches.

Pero para seguir hay que tener mucho más que bronca contra los partidos, también hay que saber escuchar, dialogar incluso con los adversarios, no sólo funarlos para acallarlos. En fin, hay que ser mucho más que talibanes.

Lo peor desde mi mirada es que funaron la posibilidad de que la voz de un destacado dirigente obrero participara desde la primera fila en la discusión de la política nacional, asunto más que relevante en etapas en que el pueblo no está movilizado masivamente.

La voz de un genuino representante de los que la dictadura y el duopolio tuvieron que pisotear durante casi 48 años para imponer su modelo de utilidades crecientes (aún en pandemia), hubiese desordenado totalmente el gallinero que esas élites construyeron con tanto esmero.

Dejar al descubierto de cómo pudieron plantear siquiera un derecho a huelga «con reemplazo», que negaba de partida ese derecho, hubiese sido develar ante todos lo que algún sindicalista graficó como «una pelea no con una sino con las dos manos amarradas a la espalda entre el capital y el trabajo».

Y más encima con tribunales laborales esmerándose en hacer cumplir esa ley. Y si no, al capital le quedaba el Tribunal Constitucional más encima.

Y con los medios y parlamentarios permitiéndolo en silencio o con escándalo si era menester para seguir imponiéndolo.

Es la negra historia de la infamia, que era acompañada con permitir «grupos negociadores» alternativos al sindicato, incluso negociar individualmente, en el extremo de atomización para impedir la agrupación de los trabajadores en sindicatos para defender sus derechos laborales.

Ni que decir incluir la «titularidad» en las leyes laborales, esto es que el sindicato definiera que grupos que no habían participado en la negociación, participaran también de sus beneficios. Y ni hablar de la negociación por rama, era una verdadera herejía.

Esto era quebrar en la base décadas de luchas sindicales para conquistar sus derechos, mientras las agrupaciones patronales eran primeros actores de la vida política nacional.

Y con el duopolio dando reajustes paupérrimos para no afectar el crecimiento (léase utilidades de las empresas).

Siempre pensé que la Bárbara era la que más sabía de esto, además de una capacidad poco común en el medio político nacional. En su defecto el Chico Cuevas era una muy buena alternativa.

Pero los mismos que lo levantaron lo hundieron, en una muestra de incompetencia difícil de emular. No me extrañan los coletazos de su desprolijidad entre ellos mismos.

Ahora también querrán funar la posibilidad de Boric, desconociendo que ellos no fueron a votar en las primarias y permitieron que le ganara a Jadue, y ahora hundieron su propia posibilidad con Cristián Cuevas.

Un viejo sindicalista me lo describió como amateurismo-antiPC. Y no pude negar que algo de eso hay. O más de algo.

Glenn