ARTICULO 03 / 04 – EL ARGENTINO QUE DESINFORMA EN CHILE Y SU VÍNCULO CON UNO DE LOS ÁRBITROS DE LA CONSTITUCIÓN

Por Francisca Skoknic e Ignacia Velasco, LaBot – 31 de Julio 2023 TERCERA PARTE

Numen en Chile

Sólo dos días después de aparecer en la portada de El Mercurio con la encuesta fallida, el 8 de septiembre, el entonces desconocido abogado Enrique José García Arancibia creó en Santiago la empresa Numen SpA. Aunque en ese momento las 1.000 acciones de la sociedad quedaron en manos de García, la web de Numen Publicidad en Argentina lo identifica como Socio/Country Manager en Chile.

El abogado Enrique García es presentado como socio y country manager en Chile en la página web de Numen Publicidad

Los objetos definidos por Numen en Chile, según su inscripción en el Registro de Comercio, están vinculados a la publicidad, la realización de estudios de mercado y encuestas, así como asesorías comunicacionales. Una modificación societaria añadiría posteriormente las capacitaciones y enseñanza.

Pese a su constitución legal, en Chile no se habló de Numen hasta el siguiente plebiscito, el de septiembre de 2022, en el que la ciudadanía debía aprobar o rechazar la propuesta redactada por la Convención Constitucional. En medio de una campaña que estuvo plagada de mentiras y manipulación, en julio la exconvencional Giovanna Grandón, conocida como la Tía Pikachú, denunció en redes sociales que en Puente Alto se estaba repartiendo un tríptico que imitaba la gráfica oficial de la Convención, pero contenía información falsa.

La foto posteada por Grandón en su cuenta de Twitter incluía un subtítulo que contenía una de las afirmaciones que más se repetía en la campaña del terror contra la propuesta constitucional: “El fin de la casa propia”. El texto explicaba que se consagraba el derecho a la vivienda digna “y no el de casa propia. La Convención rechazó todas las indicaciones sobre el acceso a la vivienda propia que se propusieron”. “¿Qué significa esto?”, preguntaba el documento: “la propuesta tiene letra chica, porque bastará con que el Estado te dé una vivienda en arriendo para que se cumpla con ese mandato. Esa casa será del Estado y su asignación dependerá de los políticos de turno”.

El folleto de Facilitadores Constitucionales que se repartió antes del plebiscito de septiembre de 2020 señalaba que la propuesta de la Convención significaba “El fin de la casa propia”, lo que era falso

El folleto utilizaba una de las mentiras más sensibles para la población y fue verificada y aclarada por diversos medios y agencias de fact-checking con un resultado coincidente: la aprobación del texto constitucional no implicaba el fin de la casa propia.

Lo que la propuesta sí consagraba, por primera vez, era el derecho a la vivienda, agregando además que debía ser digna. La actual Constitución no dice nada sobre la vivienda, por lo tanto, se trataba de un avance en materia de derechos sociales. Efectivamente, durante la tramitación del proyecto la derecha intentó en varias oportunidades, sin éxito, que se aprobara el derecho a la vivienda propia. Consagrar un derecho de ese tipo habría sido impracticable en un país con alto déficit habitacional como Chile. De hecho, actualmente junto a los subsidios para la compra de viviendas se entregan subsidios al arriendo y aun así resulta imposible cubrir la demanda.

Además del contenido, el folleto utilizaba la gráfica oficial de la Convención Constitucional y su autoría era atribuida a supuestos “Facilitadores Constitucionales”. A primera vista parecía un documento informativo institucional, al igual que la página web www.facilitadoresconstitucionales.cl. Por eso, un grupo de exconvencionales de izquierda y centro izquierda enviaron una carta a NIC Chile, que administra los dominios web en el país, pidiéndole que retirara el contenido de la web. El titular del dominio no era conocido públicamente, pues había sido inscrito por la empresa argentina de hosting Dattatec.

Al igual que los folletos, la página web de Facilitadores Constitucionales utilizaba los colores y logos de la Convención Constitucional

Los supuestos autores se identificaron en redes sociales como vecinos de Puente Alto en un video—con mascarillas y gorros resultaban irreconocibles—en el que negaron haber difundido información falsa y denunciaron haber recibido amenazas. Días después, un usuario anónimo de Twitter (@soy_nobita) acusó que quien estaba detrás de la información era Fernando Cerimedo, al descubrir que era él quien aparecía registrando el dominio www.facilitadoresconstitucionales.com en Estados Unidos, utilizando el correo fernando@numenpublicidad.com.

Cerimedo no tardó en responder: “falso. Revendemos hosting y soporte. Crearla es otra cosa. Esa sí es una Fakenews”, escribió en Twitter. Luego procedió a cambiar el nombre de inscripción del dominio en Estados Unidos y a reemplazarlo por Dattatec. La web de Facilitadores Constitucionales fue desactivada en las últimas semanas, aunque hasta hace poco todavía se puede descargar el PDF del polémico folleto, pero con un cambio en el subtítulo sobre el derecho a la vivienda, que ahora está como pregunta: “¿El fin de la casa propia?”.

En conversación con el CLIP, Cerimedo reconoció un vínculo con Facilitadores Constitucionales. Mencionó espontáneamente a la organización cuando hablaba de las acusaciones que hubo en su contra durante la campaña: “tuve un enfrentamiento con el gobierno porque ellos decían que hacíamos una campaña de desinformación, pero en realidad lo que íbamos a decirle a la gente era: Mirá, acá donde dice vivienda digna, no es gratis, no te la están garantizando como deberían (…) Creamos un grupo que se llamaba Facilitadores Constitucionales, que lo que hacía era responder preguntas de la gente. Tuvieron que decir: No lo hagan igual que nosotros. No usen los colores”, relató. Luego, en un intercambio de correo electrónico, insistió en que sólo les vendió espacio y mantenimiento para la página web: “Más allá de esa contratación, en lo personal me pareció bueno y les di algunas líneas estratégicas, en especial en lo territorial, pero nada formal”.

Las acusaciones de @soy_nobita contra Cerimedo reflotaron en septiembre, después del plebiscito, cuando otro de los proyectos del publicista argentino inundó las redes sociales de desinformación. La Derecha Diario, uno de los medios de Cerimedo que se caracteriza por referirse al presidente chileno como “el comunista Boric”, tituló “Hay preocupación en La Moneda por la salud de Boric: Habría tenido un colapso nervioso tras la derrota del Apruebo”. Sin revelar fuentes ni entregar mayor detalle, el texto decía que Boric había recibido asistencia médica y que su ministra del interior intentó convencerlo de que renunciara.

Un análisis de redes sociales da cuenta de que antes de que La Derecha Diario publicara su nota había posteos en Twitter con el hashtag #boricinternado, que luego fue utilizado por más de 3.000 usuarios.

El gobierno desmintió el hecho, pero el rumor fue aprovechado por representantes de la ultraderecha, como el diputado Gonzalo de la Carrera, para sembrar la duda. “Como buena fake news, en la web no hay consenso de dónde se habría hospitalizado el Mandatario: mientras unos aseguran que fue en un recinto de la UC, otros apuntan a la Clínica Las Condes”, escribió radio Biobío en su web.

Pese al desmentido oficial, hoy Cerimedo insiste en que era cierto basándose en información falsa: “lo de la salud de Boric no fue desmentido, si de hecho salió de un parte médico del gobierno. No sé cómo llegó lo de Boric en La Derecha a Diario. Pero fue algo chiquito, una boludez que hicieron enorme porque me tenían mucha bronca”. Cerimedo no figura formalmente como fundador de La Derecha Diario, pero sí está Natalia Belén Basil, una ingeniera química que forma parte del grupo y que figura como socia de Cerimedo en Numen Publicidad y Academia Numen.

Boric ha reconocido públicamente que sufre de trastorno obsesivo compulsivo y que estuvo internado en 2018, pero ha utilizado esa condición para abogar por mejorar las atenciones de salud mental en el país. Durante la campaña presidencial se publicó una ficha médica sobre un tratamiento de drogas que resultó tan falsa como el colapso.

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