EL CONEJO TRAMPOSO: PENSIÓN GARANTIZADA UNIVERSAL (PGU), BUENO… PERO NO TANTO…

Por Eduardo Enríquez -  05-01-2022 – FRENTE CACEROLA

El actual Gobierno, que está pasando a la historia con muchas más penas que glorias, trata de salvar en algo su imagen con un proyecto de Ley de última hora, un “legado” cómo suelen decir, algo que quedará marcado en el calendario… en este caso se trata de la Pensión Garantizada Universal o PGU. Veamos… de que se trata este gol del minuto 90…

En términos generales y sencillos, a cada pensionado mayor de 65 años, o persona que con esa edad o más siga trabajando, el Estado le hará un aporte directo de $ 185.000 mensuales, directo a su pensión o a su salario mensual. Este aporte de $ 185.000 será para quienes tengan un ingreso de hasta $ 630.000, y será decreciente entre ese ingreso hasta llegar a quienes ganen hasta $ 999.000. Con esto se beneficia el 90% de la población.

Hasta ahí, todo bien, al parecer… pero cómo siempre aparecen los peros (hoy llamada letra chica). Veamos…

  • El aporte estatal de la PGU, reemplaza otros aportes. Eso implica que todos aquellos que hoy reciben el Aporte Previsional Solidario (APS) y que, en la gran mayoría de casos, reciben exiguos $ 176.096 (reajustados a partir de enero 2022), cambiaran esa cifra por la módica cantidad de $ 185.000, o sea, el real incremento para ellos será de sólo $ 8.904 mensuales.
  • Hay quienes, los menos, que por APS reciben más de $ 185.000. la Ley nada dice sobre estos casos y el riesgo, por vacío legal, es que la actual cantidad que reciben sea también reemplazada por esos $ 185.000 (tema para discutir en el Senado)
  • Las mujeres, que por Ley se jubilan a los 60 años, deben esperar a cumplir 65 años para acceder a este beneficio.
  • La Ley nada dice sobre los jubilados por accidentes laborales, enfermedades o por trabajos pesados, que podrían tener menos de 65 años. También quedarían fuera del beneficio.
  • Por otro lado, quienes reciben una pensión autofinanciada (se entiende dada por las AFP o sistema antiguo), si recibirán ese aporte total o decreciente, dependiendo del monto de la pensión, lo que sí implica un beneficio directo. Pero se da la paradoja que si una persona recibe $ 600.000 de jubilación (obviamente los menos), finalmente llegará a percibir $ 785.000, y una persona que reciba $ 160.000 por APS, llegará sólo a $ 185.000. Esta paradoja es absolutamente regresiva, ya que “suprime el efecto progresivo del APS”, según señala el economista Salvador Valdés en El Mercurio del 03/01/22.
  • En una óptica más estructural del problema de las pensiones en nuestro país, la trampa de la PGU es si bien mejora las pensiones de la población, que es sin duda alguna una de las mayores preocupaciones hoy por hoy, lo hace con el dinero proveniente de impuestos, y deja el negocio de las AFP tal cual está. Y obviamente, si estamos hablando del problema de las pensiones en Chile, estamos hablando del problema de las AFP.
  • Bajo una óptica económica, este “gasto permanente” de mejoras de pensiones obliga a “ingresos permanentes”. Sin embargo, el Gobierno envió este proyecto de Ley sin financiamiento, ya que los dineros para hacerlo dependen de otros proyectos de ley presentados, cómo el de exenciones tributarias. Lo normal, racional y usual es que cada proyecto de Ley presentado y que impliquen gasto fiscal, lleve su propio sistema de financiamiento y no dependan de otras leyes que podrían o no ser aprobadas o modificadas.
  • Finalmente, en una óptica más política, la esencia de esta PGU está en el Programa de Gobierno de Apruebo Dignidad, pero con un monto de $ 250.000 y amarrado a financiamiento vía terminar con exenciones tributarias, o sea, lo que hoy se conoce cómo “copiar y pegar”, pero con modificaciones económicas e ideológicas propias de la derecha criolla, o sea, los dineros a la baja y asegurar el mercado de las AFP.
  • Este Gobierno, al plantear a última hora este proyecto hace la trampa política perfecta… manda un proyecto de Ley imposible de rechazar por la implicancia que tiene e imposible de modificar ya que el Congreso no tiene esas atribuciones y, por ende, asegura su aprobación a pesar de todos los contras que tenga. En resumen, un proyecto mezquino de la mano con un chantaje perfecto.

Eduardo Enríquez. - Ex dirigente de la ute-usach –Generación de los Ochenta

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