por Danilo Araneda – 16 de agosto 2023 – Para UTE-NOTICIAS
Restos de las amarras metálicas que sujetaban a los prisioneros encontrados juntos a las osamentas |
Hemos sido sobrecogidos por la crudeza del relato de un nuevo “Informe Especial” (TVN), en el que la periodista Paz Montenegro reconstruye el camino de las 89 cajas con osamentas bajo años custodiadas por la Universidad de Chile[1]
Un necesario paréntesis: nada de esto hubiera sido posible sin el abnegado trabajo del juez Juan Guzmán y sus colaboradores, así como todos aquellos funcionarios de la Universidad de Chile, cuyas investigaciones policiales y científicas permitieron la preservación de estos restos.
En breves palabras, este documental aborda el destino (hasta ahora desconocido para la opinión pública) de 89 cajas contenedoras de restos de osamentas humanas de chilenos exterminados en los días posteriores al Golpe Militar Fascista en Chile. Y de cuyo destino, por razones poco claras, durante muchos años no se tuvo conocimiento, hasta que un hecho fortuito prendió las alarmas en las instalaciones del Departamento de Medicina Legal de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.
Los primeros grandes sorprendidos con esta noticia han sido los familiares de los detenidos desaparecidos, quienes recién hoy, cuando ya han transcurrido más de 22 años de la existencia de estas “cajas”, se les informa de su existencia y que, para sorpresa de todos, se trata de osamentas que aún no han sido siquiera periciadas
A los familiares de los detenidos desaparecidos y de los ejecutados sin juicios, la justicia les debe una explicación del ¿PORQUÉ? ¿Por qué se asesinó a sus familiares? Pero, además, porqué motivo, aún después de 22 años estas osamentas aún permanecen sin ser periciadas. ¿Cuántas madres, padres, hijas e hijos han debido padecer igual cantidad de tiempo sin saber el destino de familiares que pudieran, eventualmente, encontrarse entre estos restos? ¿Por qué tanta indolencia y egoísmo ante el sufrimiento humano?
Parte de las 89 Cajas con osamentas, fundamentalmente de los ejecutados del Cerro Chena, que después de 32 años aún no han sido periciadas. |
Con justa razón parte de la sociedad chilena, en especial aquella que formó parte de las víctimas del GENOCIDIO implementado en el país, y más en particular aquellos que aún siguen siendo víctimas del delito permanente y constante de desaparición forzada de sus familiares, delito catalogado como de “lesa humanidad”, no pueden entender cuando se acusa a un sector político de querer “imponer su visión del Golpe como la única válida moralmente, acusando de negacionistas a quienes no tengan una visión igual a la de ellos”.[2]
Lo que se pretende ignorar es que la reacción de la ciudadanía, en particular de las organizaciones vinculadas a la defensa de los derechos humanos (y no del PC, como se busca imponer desde los medios de comunicación), responde a que, después de más de 30 años del término de la dictadura, la prometida “Democracia” no ha sido capaz de imponer esa “justicia y verdad” que constituyera una de las principales banderas de lucha en contra de la dictadura.
Como han indicado familiares de los detenidos desaparecidos y ejecutados políticos, no se conmemoran los 50 años del Golpe de Estado simplemente en aras de una reconciliación, sino en la búsqueda de garantías de que escenarios similares no se vuelvan a repetir. Y, ciertamente, no ayuda a construir un escenario favorable el que se mantenga la ausencia de información, la denegación de justicia, la existencia de miles de desaparecidos y la persistente negación por parte del Estado por abordar la defensa y la protección de quienes fueron víctimas. De ello habla, por ejemplo, la decisión adoptada por los gobiernos de la Concertación, y que se mantiene inalterable hasta hoy, de considerar como secretas las investigaciones y testimonios recogidos por la Comisión Valech y para los cuales la “Ley N.º 19.992 sobre reparaciones a las víctimas”, determinó el secreto por cincuenta años de todos los antecedentes aportados por las víctimas[3]. Y mientras tanto, las víctimas de torturas, y los familiares de las víctimas, siguen siendo testigos vivos de la denegación de verdad y justicia.
¿Puede acaso alguien en su sano juicio negar razón a quienes desconfían de un Estado que solo después de 33 años de restablecido el “Estado democrático” recién anuncia que iniciará un Plan de Búsqueda”, mientras tanto 89 cajas siguen aún conteniendo osamentas sin identificar (que llevan más de 22 de años sin periciar) y que reflejan la desidia del mundo político que, oportunísticamente, durante más de 30 años no ha sido capaz de imponer los valores de la democracia, la verdad y la justicia, por sobre intereses mezquinos y pequeños. Y de esto son responsables tanto aquellos que, conociendo de esta realidad y sus víctimas, prefirieron “la medida de lo posible”, como aquellos que abandonaron la lucha y a sus víctimas como un “algo imposible de alcanzar”.
Marisol Prado la nueva directora del Instituto Médico Legal dice “Pedir perdón no es tan difícil, como solicitar que las familias vuelvan a recuperar la confianza en esta institución”. Al tiempo que se señala que se investigan los restos de otras 300 víctimas que “dormían” en esta institución. ¡Qué difícil tarea enfrenta la funcionaria, recuperar credibilidad luego de años de mentiras y desidia!
¿Exageramos? NO. De ello hablan las 89 cajas y los restos de las otras 300 víctimas que dormían en el Servicio Médico Legal…….
[1] El reportaje puede ser visto completo en el siguiente link:https://www.piensaprensa.com/2023/08/14/revisa-el-reportaje-completo-de-informe-especial-donde-estan/
[2] Mariana Aylwin, La Tercera, 8 julio 2023.
[3] Para mayor información ver:https://obtienearchivo.bcn.cl/obtienearchivo?id=repositorio/10221/23843/1/FINAL%20-%20COMISI%C3%93N%20-%20El%20secreto%20de%20los%20antecedentes%20de%20la%20Comisi%C3%B3n%20Valech.pdf