Crónica Digital 19 noviembre, 2023 - Por Marcel Garcés Muñoz
La abogada Beatriz Hevia Willer, instalada por el Partido Republicano en el llamado Consejo Constitucional, que elaboró a su amaño un proyecto de nueva Constitución para Chile, el que será presentado para ser votado por la ciudadanía el domingo 17 de diciembre próximo, y que en realidad es un programa de gobierno del candidato ultraderechista José Antonio Kast, no oculta su pasado ni su pensamiento más íntimo, y en momentos en que cree acariciar una revancha política.
“Más allá de cualquier diferencia política, es urgente entender que los verdaderos chilenos., los chilenos honrados y pacíficos, los de trabajo, anhelan con esperanza, quizás sin saberlo, que se cierre este proceso constitucional” señaló la descendiente de inmigrantes alemanes, nacida en una tierra de colonos, Osorno, el 30 de octubre de 1.992, en expresiones de desprecio de los ciudadanos, de la voluntad democrática que debe expresar el pueblo chileno, que acogió a sus antepasados, cuando vinieron en busca de “hacerse la América”.
Dividiendo a los chilenos entre “buenos y malos”, la además propagandista de lo que define como “logros” de la dictadura del genocida y ladrón, Augusto Pinochet, relativizando los crímenes de la dictadura, “como si nada bueno hubiera hecho” como declaró a la prensa nacional, ”valorando el progreso”, los “ logros” que atribuye a su régimen, y argumentando que por su edad “no tengo nada que ver con Pinochet”, lo que busca es ocultar la esencia derechista, retardataria y neofascista del texto que busca imponer una refundación constitucional del país en contra de la democracia y los derechos sociales de la ciudadanía, de lo que ha sido posible desarrollar históricamente gracias a la lucha y el sacrificio de generaciones de patriotas.
La descendiente de los hoy prósperos empresarios agropecuarios y defensora de los clanes económicos, encontró una acogida favorable en las huestes de otros nostálgicos del hitlerismo y se convirtió en figura rutilante, una estrellita juvenil ( y rubiecita, claro) de la fallida candidatura presidencial de José Antonio Kast en 1917 y activista del movimiento Acción Republicana y luego, “asesora legislativa” (2018) del diputado Harry Jurgensen Rundshagenh y “asesora legislativa” del ministro UDI de Economía de Sebastián Piñera, Lucas Palacios (2021).
Es decir, como sentencia el dicho popular, “Dios los cría y el Diablo los junta”.
A no equivocarse, esta divisoria entre “buenos” y malos” chilenos, esto no es nada menos que la misma cantinela propagandística de la guerra sucia , con que los conspiradores de 1973- la derecha política y económica y sus servidores militares , los servicios secretos de Estados Unidos, y cómplices o yanaconas locales, justificaron ayer, y siguen justificando hoy el sangriento Golpe Estado contra la democracia y los crímenes contra la humanidad y los anhelos, y demandas del pueblo, cuando el Almirante Merino hablaba en su balbuceante retórica alcohólica de los “humanoides” para justificar el genocidio de la dictadura militar derechista empresarial.
En realidad, no es nada sorprendente que estos individuos- o” individuas”, revivan en su actual discurso y en su estructura mental el concepto acuñado el 73, por los publicistas del Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, y los crímenes- el genocidio- perpetrado por la dictadura cívico militar del criminal General Augusto Pinochet, sus cómplices y sus esbirros.
Lo dijo explícitamente el Almirante José Toribio Merino Castro, que se autodesignó comandante en jefe de la Armada, destituyendo al titular Raúl Montero, para comprometer a la institución en el Golpe de Estado del 11 de septiembre de 2973, según testimonia la Revista Análisis el 30 de diciembre de 1986: “En Chile, como en todo el mundo, hay dos tipos de ser humanos (unos) los que yo llamo los seres humanos y otros humanoides. Los humanoides pertenecen al Partido Comunista en general. Son ateos, no creen en Dios, materialistas, instrumentos del Estado para trabajar por el Estado”.
Por su lado Pinochet, otro que según parece también se presumía de “intelectual”, pero no lograba disimular su esencia de matón criminal, despotricaba, en las siempre acogedoras páginas del El Mercurio (puesto al servicio de las peores causas): “Les digo desde esta tribuna a aquellos malos chilenos que insultan por la televisión- porque saben que estamos en democracia y no les vamos a hacer nada- cuidado porque también la paciencia tiene un límite y ese límite sí que lo pueden conocer.
“Ahora, cuando estamos próximos al Plebiscito, vamos a demostrarle a esa minoría que grita y vocifera como si fueran muchos, y son unos pocos, que nosotros en forma generosa pero activa, vamos a borrarlos del mapa”.
Y Pinochet también reconocía la esencia de su pensamiento y accionar, según testimonia el diario “La Época”, el 26 de mayo de 1988: “Los ricos son los que producen plata, y a ellos hay que tratarlos bien para que den más `plata”.
Siempre en “El Mercurio” del 9 de octubre de 1987 – a reconocimiento de parte, relevo de pruebas- el dictador explicitaba su teoría y práctica político criminal, que algunos hoy pretenden revivir: “Esta es una guerra entre los extremistas y la gente normal”.
He aquí la madre del cordero. Lo que esconden los argumentos de la Derecha neofascista, cuando hablan de “buenos chilenos y malos chilenos”.
La señora Hevia Willer no hace más que confirmar el carácter neofascista de la mayoría del Partido Republicano, la Derecha tradicional y los cómplices que se autocalifican de “centroderecha”, que pretenden disponerse a instalar en el país una especie de golpe de Estado blando, si llegaran a imponer su modelo de Constitución ultraconservadora, revanchista y medieval el 17 de diciembre, demoliendo todo lo avanzado en Derechos, ´Democracia y Justicia Social, en el país.
Es necesario estar alertas ante al resurgimiento altanero de estos nuevos sediciosos que, por ahora, adoptan la estrategia del “golpe blando”, pero amenazan en realidad con la violencia terrorista y que buscan neutralizar a sectores que titubean amedrentados o subordinados por la fraseología populista, pero amenaza con el puñal bajo el poncho de pandillas paramilitares (por ahora).
Es necesario, indispensable, urgente, cortar el camino de la ofensiva neofascista o de la traición de quienes, desde supuestas trincheras centristas, contribuyen, alimentan, permiten o se dejan engatusar con la ofensiva terrorista de la derecha.
Rechazar el proyecto de revivir lo peor de la Constitución de Pinochet, bajo un ropaje demagógico ultra reaccionario, para imponer un orden neofascista, es una tarea urgente de los demócratas.
E s preciso actuar ahora, con determinación, creatividad, y espíritu colectivo, democrático, patriótico, con unidad.
Es la democracia la que está en riesgo, además de los avances progresistas, cívicos y humanitarios en materia de justicia social, salud pública, previsión, pensiones dignas, educación, vivienda, trabajo, defensa de los minerales estratégicos, de los glaciares, del regadío, del desarrollo cultural y artístico, de las libertades y derechos cívicos, de la libertad de organización y expresión, de los avances sindicales y políticos, de los derechos de las mujeres y los jóvenes, de los pueblos originarios y las llamadas minorías de sexuales, los que están en juego, amenazados por la derecha revanchista y cavernaria.
Ante el riesgo que supone la concepción retardataria, patriarcal y oscurantista de sociedad que busca imponer la Derecha, es urgente, necesario y decisivo oponer la voluntad democrática y mayoritaria de los chilenos, de oponerse a semejante destino.
Después sería demasiado tarde.
Por Marcel Garcés Muñoz- Periodista director de Crónica Digital
Santiago de Chile, 19 de noviembre 2023
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