Por : Álvaro Ramis Olivos Rector de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano (UAHC). – 16 DE Noviembre – El mostrador
Fortalecer el sistema universitario chileno, a través de una mayor inversión, una gestión más eficiente del talento, una mayor internacionalización y una adaptación a las nuevas demandas de la sociedad es crucial de cara a los nuevos desafíos y seguir siendo un motor de progreso y desarrollo.
Dada la importancia crucial de las universidades en la sociedad actual, los desafíos que enfrentan para mantener su tarea en un contexto nacional son cada vez más complejos.
La universidad chilena, como institución clave, es reconocida como un motor de transformación de nuestra sociedad. El presupuesto público debe reflejar el papel crucial de la universidad en la generación de conocimiento para abordar desafíos como la transición ecológica, la transformación digital y las desigualdades sociales, garantizando así su sostenibilidad y desarrollo.
Recientemente el Gobierno ha propuesto un nuevo sistema de financiamiento para la educación superior, con el objetivo de reemplazar el Crédito con Aval del Estado (CAE) y facilitar el acceso a estudios superiores para un mayor número de estudiantes.
Pero no hay que olvidar todo lo que se ha hecho en estos últimos años. Ya se han implementado medidas para condonar o repactar algunas deudas estudiantiles, especialmente para aquellos que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad económica. Se han ampliado algunas becas económicas para estudiantes, con el fin de disminuir las barreras económicas para acceder a la educación superior.
En materia de fortalecimiento institucional, se han destinado recursos para fortalecer las instituciones de educación superior, especialmente las universidades estatales, a través de programas de financiamiento para proyectos de investigación, innovación y vinculación con el medio.
En materia de acreditación, se ha reforzado el sistema con los nuevos estándares de acreditación institucional, de carreras y programas de estudio, con el objetivo de garantizar la calidad de la educación impartida. En innovación pedagógica, se han promovido iniciativas para fomentar la innovación y el uso de nuevas tecnologías en la enseñanza.
Si se analiza la política de investigación e innovación, se han desarrollado nuevos programas y fondos para fomentar la investigación, el desarrollo y la innovación en las universidades, con el objetivo de fortalecer el ecosistema de innovación del país. Existen nuevas iniciativas para fortalecer la vinculación entre las universidades y el sector productivo, con el fin de promover la transferencia tecnológica y la creación de nuevas empresas basadas en el conocimiento.
Se suele argumentar, sin un análisis pormenorizado, que los recursos destinados a educación superior son mayores en comparación con otros países de la región. Sin embargo, cuando se analiza el gasto público en Educación Terciaria como porcentaje del PIB, este se ubica por debajo del promedio de la OCDE.
Esta necesidad de financiamiento público, claro y sostenible, es particularmente crucial para la atracción y retención de talento. Es importante alertar sobre la necesidad de atraer y retener a docentes e investigadores, que puedan desarrollar sus carreras de manera estable, de cara a la próxima década. Sin ese criterio es imposible pensar en las metas de calidad que necesitamos alcanzar.
Es común destacar la importancia de fortalecer las alianzas internacionales, especialmente en Europa y Latinoamérica, para consolidar el espacio del conocimiento chileno en el mundo. Pero sin carreras académicas estables y apoyos permanentes a su despliegue, este objetivo será inalcanzable.
Es cierto que la universidad es una institución llamada a su constante adaptación a nuevos contextos. Para eso tiene que modelar su oferta formativa a los cambios demográficos y tecnológicos del país, ofreciendo modelos de aprendizaje flexibles y formación a lo largo de la vida.
También se ha llamado a transparentar el uso de recursos públicos en las universidades privadas. Se señala que es necesario mejorar la regulación y fiscalizar el cumplimiento de la ley vigente que regula el lucro en la educación superior. Estas medidas son justas e imprescindibles y no se justificaría una resistencia del sector ante estos desafíos.
En esa capacidad de nuevas respuestas se juega el papel de las universidades en el objetivo de generar equidad social. El debate sobre la importancia de garantizar el acceso a la educación superior, independientemente del origen socioeconómico de las personas, no es una discusión cerrada. Requiere constantes revisiones y mejoras.
Fortalecer el sistema universitario chileno, a través de una mayor inversión, una gestión más eficiente del talento, una mayor internacionalización y una adaptación a las nuevas demandas de la sociedad es crucial de cara a los nuevos desafíos y seguir siendo un motor de progreso y desarrollo.
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