By Walter Garib  5 mayo, 2025  - El Clarín Chile

“Robar un banco, casi es un acto de justicia social”, comenta el escritor Edmundo Moure y su admonición repiquetea en el ambiente. Dejo al lector la evaluación de semejante agasajo, promovido por quien sabe sobre el tema.

Los “pirañistas” o “piñeristas” es decir los émulos de las pirañas o de Piñera, han regresado a sus andanzas. Extraño si se piensa, que jamás han permanecido alejados del poder. Quién creía ser emperador, mesías o césar, al final sucumbió a su desenfrenada egolatría. Dicen las malas lenguas o las viperinas, que a empujones ansían meterse en el comando de doña Matthei, aunque ella se mantiene cautelosa, mirando hacia un costado, aconsejada por los amarillos. Los piñeristas, que jamás desprecian las oportunidades, ven una coyuntura en gravitar en su posible administración. No les falta ganas. Alegan ser herederos de quien fuera dos veces presidente de Chile e instaló las bases de una economía servil a la oligarquía criolla. Bueno: siempre servil, nunca ausente. Un destino de visionario, empeñado en sacar del espíritu colonial, el derrotismo eterno que nos identifica. En su oportunidad, cuando empezaba la primavera, al observar Sebastián Piñera florecer las camelias de su jardín, anunció urbi et orbi que Chile era un oasis de paz. Invitación acogida de brazos abiertos en distintos países de América, por ser una clara demostración de buena vecindad. Todos dijeron amar a Sebastián, debido a su hospitalidad.

Como en el “piñerismo”, conviven agnósticos, creyentes y los demás, reunidos por el amor a la riqueza, ni se fruncen si debido a las necesidades de su gremio, debe apoyar a un ateo. O a quienes comulgan a escondidas. Alegan que el dinero no tiene ni religión, nacionalidad, ni olor a nada y sirve para crear riqueza. Esta cofradía, al eterno aguaite, observa a los dos K, y los mira como alternativas, de frustrarse su cercanía con Doña Evelyn.

Alguien dijo: “Siempre hay un piñerista al acecho, dispuesto a apoyar a Satanás, si las necesidades lo requieren”. De lo contrario, no se explica, cómo Sebastián Piñera fue presidente de Chile, en dos oportunidades. De estar vivo, aunque su espíritu continúa presente, habría sido el candidato ideal de la genuina derecha en esta época de turbulencias y enjuagues. Mientras tanto, la libertad de expresión se ve acosada. Derecha que se horroriza si alguien habla de culo, del Kamasutra o de leer a Anais Nin. En estas semanas se dio inicio a las “Prácticas de culo”, un programa destinado a saber mover el tambembe, como lo hacía la inmortal “Tongolele”. Vedette mexicana y gringa que enloqueció a nuestra generación, y a escondidas, visitaban su camarín, conspicuos caballeros de la época.

“Prácticas del culo” al parecer se halla dirigida a las mujeres, pero también debería estar diseñado a todos que lo requieran. Previa a las elecciones presidenciales, infinidad de candidatos y candidatas, desearán disponer de argucias para conquistar, con sólo mover una cadera, a tanto espíritu travieso. Nadie duda que la aparición de estas prácticas del culo, tafanario, pompis, traste o lo que usted estime adecuado, tendrán una enorme gravitación en las próximas elecciones presidenciales. Se sabe que los neo piñeristas, amantes de los principios de la moral, las clases de ética y la privacidad, no desean incorporarse a movimiento alguno, donde se involucre al sagrado culo. Sean otros en asumir el riesgo de emular a Galileo Galilei. Quien al observar desde atrás a una doncella subir una escalinata, expresó su famosa frase: “Y, sin embargo, se mueve”.

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