Por El Clarín de Chile 28 agosto, 2025
La exministra del Trabajo y Previsión Social y candidata presidencial, Jeannette Jara, lanzó un duro emplazamiento a los candidatos presidenciales de la oposición —y en particular a José Antonio Kast— para que definan con claridad si mantendrán o no la reforma previsional que el Congreso aprobó tras más de una década de debate.
El llamado ocurre días después de que Kast incorporara a su comando al economista Bernardo Fontaine, conocido defensor del sistema de AFP y rostro visible de la campaña “Con mi plata no”, que buscó frenar cualquier modificación estructural al modelo previsional. La llegada de Fontaine ha reactivado las dudas sobre la postura republicana frente a un cambio que ya se encuentra en plena implementación.
Una reforma que beneficia a 1,4 millones de personas
Jara recordó que la reforma previsional permitirá que 1,4 millones de jubilados —los que más cotizaron y aportaron al país— vean un aumento en sus pensiones a partir de enero. Según la ministra, lo que está en juego es concreto y urgente: un incremento promedio de 80 mil pesos mensuales para personas mayores, cuyos ingresos actuales en muchos casos son indignos.
“Hacer que este acuerdo retroceda es desconocer el aporte que generaciones enteras de chilenos han hecho a nuestro país y dejar sin recursos para remedios y alimentos a personas mayores”, advirtió.
Hoy, señaló, la mitad de las mujeres jubiladas recibe apenas 45 mil pesos de pensión por AFP, y los hombres en promedio 120 mil. “Retroceder en esta materia sería impedir que esas pensiones mejoren y condenar a nuestros adultos mayores a seguir viviendo con ingresos miserables”, enfatizó.
Kast y la sombra de las AFP
El emplazamiento de Jara golpea de lleno en el corazón de la candidatura de Kast, cuya visión económica se ha alineado con la defensa irrestricta de las AFP. El fichaje de Fontaine, símbolo de la oposición a cambios profundos en el sistema, alimenta la sospecha de que un eventual gobierno republicano buscaría revertir los avances logrados en la reforma.
En la práctica, la pregunta que plantea la ministra es simple: ¿Kast mantendrá el alza de pensiones o intentará proteger el negocio de las administradoras privadas?
Lo que está en juego
La reforma previsional fue fruto de más de diez años de discusión política y social, marcada por protestas ciudadanas que exigieron el fin de las pensiones de hambre. Su aprobación representó un raro consenso que permitió subir el piso de los beneficios para millones de adultos mayores.
En ese marco, el silencio de Kast no es neutro: significa poner en duda la continuidad de un acuerdo histórico. Como remarcó Jara, con el bienestar de los jubilados no se juega.
LAS OPINIONES VERTIDAS EN ESTE ARTICULO, SON DE EXCLUSIVA RESPONSABILIDAD DEL AUTOR.
